Jordi Figueras protesta el segundo penalti de Balenziaga a Gil Manzano / José M. Vidal (EFE) Vaya por delante que si el Betis está como está, colista indiscutible de la Liga y casi con los dos pies en Segunda, obedece principalmente a sus propios y muchos defectos como equipo de fútbol. Dicho lo cual, el análisis posterior a su decimoséptima derrota de la temporada debe pasar por la denuncia de otro factor desequilibrante, sobre todo en partidos como el que le tocó sufrir frente al Athletic: los árbitros. Jesús Gil Manzano, desde ya en la historia negra del club verdiblanco, trazó las líneas maestras de un nuevo varapalo para el conjunto de Heliópolis, pero ni mucho menos ha sido el primero. Hasta en siete de las 25 jornadas disputadas, es decir, casi un tercio del campeonato, quedaron consignadas decisiones arbitrales muy perjudiciales para el Betis, que podría o no haber sumado más puntos de los que logró, porque eso es la cuenta de la lechera, pero que objetivamente fue dañado por los colegiados en jugadas determinantes. El recital comenzó pronto, en la primera jornada en el Bernabéu. Perdió el Betis (2-1), pero con 0-0 debió ser expulsado Diego López por interceptar con la mano un remate de Jorge Molina fuera del área. Luego hubo un penalti de Carvajal a Cedrick. En todo caso, los verdiblancos acabaron marcando primero y el Madrid remontó. El árbitro, como anteayer, era Gil Manzano. En la segunda jornada, 1-2 contra el Celta en casa, el primer gol de los vigueses, de Charles, se produjo en fuera de juego. No lo vio el navarro Prieto Iglesias. En la jornada 11, el 0-0 ante el Levante también en el Villamarín pudo ser distinto si el canario Hernández Hernández no hubiese anulado un gol legal a Jorge Molina que invalidó por un fuera de juego inexistente. Una semana después, en La Rosaleda, el Betis cayó frente al Málaga (3-2), pero con 2-2 se produjo un penalti de Sergio Sánchez a Vadillo que el navarro Undiano Mallenco tampoco tuvo a bien señalar. En la jornada 15, en un choque clave contra el Rayo Vallecano (2-2), el conjunto visitante convirtió el 1-1 después de que Bueno aprovechase un rechazo de Sara. El problema es que estaba en fuera de juego, pero el asistente de Teixeira Vitienes no lo advirtió. Menos trascendental, hasta el punto de no influir nada, fue otro gol en fuera de juego, esta vez de Morata, que puso el punto final al 0-5 ante el Madrid. Un partido después de la visita del ahora líder, el Betis se enfrentó al Celta en Balaídos y cayó por 4-2, pero marcó primero, lo cual quita importancia al tanto anulado antes a Salva Sevilla por otro fuera de juego que no era. Luego vio portería Rubén Castro. CUATRO PENALTIS POR FALTAS FUERA DEL ÁREA EN MENOS DE UN AÑO Y MEDIO La nómina de errores graves en contra del Betis se cierra con el mayor escándalo de todos, el de Gil Manzano el domingo, aunque eso de convertir una falta fuera del área en penalti se ha convertido en algo extraña e históricamente habitual para los verdiblancos. En poco más de un año ya les ha ocurrido lo mismo ¡cuatro veces! El desfile de árbitros miopes fue inaugurado por Undiano Mallenco en la jornada 17 de la campaña pasada, el 22 de diciembre de 2012. El Betis recibió al Mallorca de Joaquín Caparrós y Mario zancadilleó a Víctor, sí, pero a medio metro de la línea de cal que delimita el área del Gol Sur. Once jornadas después, Muñiz Fernández y su asistente cometieron la misma negligencia visual y señalaron penalti donde sólo había falta de Amaya a Soldado, aunque por centímetros. El área donde se confundió Undiano en el Betis-Mallorca debe de ser gafe o algo así, ya que allí también se le distrajo la vista a Serge Gumienny en el Betis-Rubin del jueves. El belga castigó como penalti una falta de Lolo Reyes a Karadeniz a un metro del área. Tres días después, Gil Manzano demostró que también debe ir al oculista al señalar penalti por una falta de Perquis a Sola a un metro del área.