Cuenta la provincia con una obra de arte digna de admirar. Aunque no se sabe cómo llegó a la parroquia de San Eutropio de Paradas, ésta alberga una de esas obras tan retorcidas como bellas de El Greco: La Magdalena penitente. Una obra que la parroquia conserva como una joya. Pero los paradeños tendrán que despedirse por un tiempo de su reliquia, ya que con motivo del cuarto centenario de la muerte de El Greco viajará hasta Toledo para esperar el ir y venir de visitantes que contemplen la exposición El Greco: Arte y oficio, que alberga cerca de un centenar obras del pintor manierista.
Según los últimos estudios, este cuadro debió ser pintado entre 1580 y 1585. Tiene una relación muy directa con otros cuadros del artista con el mismo tema, aunque en cada uno de ellos tiene sus detalles particulares. En el catálogo de la exposición, Leticia Ruiz Gómez asegura que la versión de la parroquia de San Eutropio es «un buen ejemplo del modo en que El Greco concibió la reproducción de muchas de sus creaciones. La tela replica el modelo de Kansas City, pero adoptando la cabeza de la santa de la versión de Worcester, una sutil variación que, a tenor de la calidad de la factura e intensa expresión, debió de realizar el propio maestro».
En este mismo estudio se indica que esta versión de La Magdalena penitente puso ser introducida en Sevilla a través de Francisco Prevoste, el ayudante más cercano del pintor y de esta forma pudo llegar hasta la Parroquia de San Eutropio de Paradas. En cualquier caso, este cuadro presenta a la santa en el mismo interior de una cueva, pero pone en primer plano la calavera que está más atrás en la versión de Kansas City. La intensidad cromática es la misma, y la expresión del rostro de la Magdalena presenta también el mismo gesto de dolorosa interioridad en las dos obras.
