El grupo empresarial Morera & Vallejo ha adquirido la propiedad de El Correo de Andalucía en una operación que se culminó en la tarde de ayer, garantizando así la estabilidad del decano de la prensa de Sevilla tras unos meses de incertidumbre. Concluye de esta manera un proceso que se inició hace varias semanas, después de que el Grupo Alfonso Gallardo, anterior propietario, vendiese el periódico a un proyecto sin garantías que ponía en duda su viabilidad de futuro.El nuevo propietario asume el pasivo que arrastraba la empresa, lo que se acompaña de un proceso de relanzamiento en el marco de un proyecto informativo de mayores dimensiones, en el que El Correo mantendrá sus señas de identidad y reforzará su carácter andaluz. Todo ello ocurre en un momento en el que el periódico está en puertas de celebrar el año que viene su 115 aniversario, ya que fue fundado por el cardenal Marcelo Spínola en 1899.El presidente del grupo Morera & Vallejo, Antonio Morera, se desplazó ayer por la noche a la redacción del periódico, donde trasladó a la plantilla su propia ilusión por este nuevo proyecto, que nace, dijo, libre de ataduras políticas, con un firme compromiso social y con el propósito de hacer patria: Andalucía.La compra viene a cerrar un período de incertidumbre en la historia del decano de la prensa sevillana, en el que la sombra de un posible cierre ha planeado durante un mes. Una crisis que se produjo después de que su anterior propietario, Alfonso Gallardo, vendiera sus acciones a una sociedad de dudosa solvencia a finales de octubre.La plantilla del periódico, compuesta por 53 trabajadores, comenzó entonces movilizaciones en las que se vieron respaldados por todos los sectores de la sociedad sevillana, compañeros y lectores. Con el objetivo de evitar la desaparición de la cabecera centenaria, los empleados iniciaron una huelga de cinco días, que comenzaron con una concentración en la Plaza Nueva el 4 de noviembre. El respaldo de Sevilla hacia El Correo de Andalucía fue unánime, pues además de los innumerables compañeros de profesión, a la misma asistieron autoridades, políticos, abogados, representantes del mundo cultural y de la sociedad en general.El respaldo de la ciudad se dejó sentir con el apoyo recibido en los quioscos, donde la edición especial elaborada por la plantilla durante el encierro que protagonizó esos días se agotó. Tres días en los que las visitas a la redacción fueron constante, así como las muestras de apoyo.Tras la huelga, la plantilla volvió a trabajar con la esperanza de mantener vivo el diario, un objetivo que se materializa con la venta a Morera & Vallejo. Los 53 trabajadores, que vienen arrastrando atrasos en sus nóminas de la etapa anterior, han decidido dar su voto de confianza al nuevo propietario del periódico, alcanzado un acuerdo para condicionar parte de sus salarios a que la empresa obtenga beneficios y modificar sus condiciones laborales para contribuir a que la viabilidad de este diario sea posible. Todo ello, pese a los esfuerzos realizados con anteriorioridad, ya que desde 2010 han sufrido dos expedientes de regulación de empleo y varios despidos, que redujeron la plantilla a la mitad.Se abre una nueva etapa.