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El grupo municipal del PSOE se rompe

La remodelación del Gobierno local impulsada por el alcalde y un nuevo golpe de efecto trazado desde la dirección provincial del PSOE han partido en dos el grupo municipal socialista y agravado la crisis del Ayuntamiento. Todos los concejales están convocados a una reunión con Viera previa a la ejecutiva provincial.

el 15 sep 2009 / 12:02 h.

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D.S. / J.C.B / J.A.

La remodelación del Gobierno local impulsada por el alcalde y un nuevo golpe de efecto trazado desde la dirección provincial del PSOE han partido en dos el grupo municipal socialista y agravado la crisis del Ayuntamiento. Todos los concejales están convocados a una reunión con Viera previa a la ejecutiva provincial.

La figura de Emilio Carrillo, ex vicealcalde y mano derecha de Alfredo Sánchez Monteseirín, se ha situado en el epicentro de la crisis política que ha estallado en el Ayuntamiento. Un grupo de concejales vieristas -siete de los 15 miembros del grupo socialista- promovieron un documento en el que se planteaba una remodelación de la formación que dirige Alfonso Rodríguez Gómez de Celis. Ayer, el regidor aprobó por decreto y sin apenas consultar a los miembros de la Corporación una remodelación del equipo de Gobierno que concedía al propio Carrillo la delegación de Recursos Humanos -cargo que el edil no quería asumir-. Y la Ejecutiva provincial dio el siguiente paso: ordenó a sus ediles que aceptasen la reestructuración pero a cambio convocó para hoy una comisión ejecutiva en la que se deben tratar la remodelación del Gobierno y la del grupo socialista. El objetivo es que Carrillo pueda relevar a Gómez de Celis.

El resultado de todos estos movimientos es un grupo socialista completamente fracturado y un nuevo episodio del pulso entre José Antonio Viera y Alfredo Sánchez Monteseirín que llega a un punto sin retorno. Desde la resolución del último congreso provincial, el enfrentamiento no ha cesado. Y han sido varios los capítulos. Desde la dimisión de Carrillo hasta el cese de Demetrio Pérez y, posteriormente, de otra destacada miembro del sector crítico como Matilde Marín. Viera quería irrumpir en septiembre en el Gobierno municipal; y el alcalde se guardaba en la manga la remodelación del Gobierno local, competencia exclusiva del regidor -el grupo socialista, en cambio, depende del partido-.

En los últimos días, según fuentes socialistas, Viera y Monteseirín han intensificado sus contactos con la remodelación del Gobierno de fondo. El resultado ha sido el gesto de los concejales vieristas de promover un documento pidiendo una reestructuración más equilibrada del Gobierno local o del grupo socialista. Este documento, que iba dirigido en buena medida contra Gómez de Celis, estaba avalado por el propio Carrillo -lo que da prácticamente por rota una relación fraternal y política que se ha prolongado durante varios años-.

El movimiento coincidía prácticamente con la aprobación del decreto de reestructuración del Gobierno local. De nuevo todo el poder quedaba concentrado en manos de los concejales que apoyaron la candidatura crítica en el último congreso. Del otro sector, sólo Alberto Moriña experimenta un cambio sensible de sus responsabilidades -además de una leve modificación de Teresa Florido-: se hace cargo del área de Patrimonio. Muchos concejales no conocieron directamente los cambios, que se comunicaron a los afectados a lo largo de la tarde. Las modificaciones provocaron malestar no sólo en el sector más vierista, sino también en alguno de los ediles del entorno de Monteseirín.

Viera dio, según fuentes consultadas, las directrices a sus afines de que aceptaran la remodelación. El pulso no se iba a escenificar en la Plaza Nueva, sino en las estructuras orgánicas del partido. El secretario provincial del PSOE se reunirá hoy con el grupo socialista en un encuentro que tiene, según fuentes socialistas, un orden del día de tres puntos: un análisis de la situación política, el estudio del decreto de reestructuración del Gobierno y la designación de la portavocía del grupo.

En este tercer punto puede centrar Viera el enfrentamiento con Monteseirín. La ejecutiva tiene poder en la decisión del portavoz del grupo socialista, pero el nombramiento de Carrillo iría en contra de hasta ocho miembros de este mismo grupo. Según fuentes consultadas, éstos podrían incluso haber firmado un documento de apoyo a la reestructuración del Gobierno local impulsada por el alcalde y en favor de Alfonso Rodríguez Gómez de Celis. La cohabitación entre Carrillo y Monteseirín haría casi insostenible el Gobierno local.

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