Economía

El grupo valenciano NFD salva a la sevillana Azagra

La constructora sevillana Azagra, una de las más importantes de Andalucía, ha conseguido remontar el vuelo y evitar males mayores gracias a la intervención del grupo valenciano Nuevas Formas y Diseños, que ha adquirido la mayoría del capital. El nuevo propietario ejecutará "todos los proyectos" pendientes de la compañía hispalense.

el 16 sep 2009 / 04:25 h.

La constructora sevillana Azagra, una de las más importantes de Andalucía, ha conseguido remontar el vuelo y evitar males mayores gracias a la intervención del grupo valenciano Nuevas Formas y Diseños, que ha adquirido la mayoría del capital. El nuevo propietario ejecutará "todos los proyectos" pendientes de la compañía hispalense.

Una de las históricas constructoras de Sevilla, Azagra, ha pasado a manos de la compañía valenciana NFD (Nuevas Formas y Diseños), que acaba de cerrar la compra del 60% de su capital social, mientras que el 40% restante permanece en manos de los antiguos socios, las familias Amador, Zulategui y García Moreno. Tras esta operación, la empresa andaluza solventa sus graves problemas de liquidez y los nuevos propietarios garantizan la continuidad de la totalidad de sus proyectos.

Así lo explicó a este diario Miguel Verdejo, directivo de la firma valenciana, quien ha llegado a Sevilla para capitanear la nueva era de Azagra, una marca que, según indica, tiene gran prestigio en la actividad de construcción en Andalucía. La adquisición del paquete accionarial se pactó hace diez días, se rubricó el pasado martes y ayer la nueva propietaria presentó ante el Ayuntamiento hispalense avales suficientes -8,2 millones de euros- como para hacerse cargo de los párkings que la empresa tenía paralizados en la capital debido a la falta de recursos en caja para acometerlos y su incapacidad de captar más financiación ante el elevado nivel de endeudamiento.

La rapidez con que se ha actuado y el importe de los avales aportados revelan el compromiso del grupo NFD para con Azagra, indicó el directivo, quien apeló a la discreción del resto de socios para no especificar el desembolso realizado para la compra del paquete accionarial.

NFD mantiene al director general de Azagra, Juan Manuel García, y se jubila su presidente, Manuel Amador López, un histórico constructor de Sevilla, si bien los nuevos dueños traen también a personal de confianza, entre los que destaca un director general adjunto. Sus planes inmediatos pasan por reestructurar la compañía sevillana y renegociar la deuda con los bancos, y para esto último Verdejo dice contar con dos ventajas. Primera, la diversidad de entidades (una quincena, según las cuentas de 2007) a las que debe dinero. Y segunda, los activos y la cartera de obras con los que cuenta.

¿Por qué Azagra? El directivo valenciano reconoce que "porque estaba barata, por la buena selección de sus activos [promociones inmobiliarias, suelos urbanos e industriales], la diversificación de su riesgo gracias a la obra civil, la cartera de obras, pues sólo con el Ayuntamiento de Sevilla tiene contratados 25 millones de euros, y la distribución equilibrada de su deuda".

Los problemas de la compañía sevillana, agrega, han estado motivados, sobre todo, por los impagos de terceros, lo que mermó sus recursos.

En su último ejercicio fiscal auditado, el de 2007, la firma hasta ahora presidida por Manuel Amador contabilizó unos ingresos de 196,12 millones de euros, con 20,64 millones de beneficios. Pero son cuentas previas a la crisis.

El grupo NFD es propiedad de la familia valenciana de Ángel Olmos y posee varias filiales relacionadas con la construcción. Aunque su origen es valenciano (la sede social radica en Riba Roja del Turia), ante la crisis del ladrillo su principal área de expansión es África, en especial Libia y Argelia. De hecho, y según sus directivos, se ha involucrado ya a Azagra en un macroproyecto en el Estado libio, que incluye la construcción de 4.000 viviendas, dos complejos turísticos, dos hoteles de cinco estrellas, uno de cuatro, uno de tres y un apartahotel, además de dos mezquitas, centros comerciales y salas de congresos en varias ciudades del país. Las obras fueron adjudicadas a NFD mediante un acuerdo con el Gobierno de Gadafi, relata la compañía.

Azagra, por su parte, lleva un año tratando de salvarse de la crisis y, de hecho, tuvo que desprenderse de su participación en la inmobiliaria sevillana Boreal, adquirida por Cajasol y Caixa Galicia.

  • 1