Economía

El hastío de la cola

El paro alcanza cotas históricas y el Gobierno opta por la protección social y subir los impuestos

el 23 dic 2009 / 20:46 h.

Las colas formadas ante las puertas de las oficinas de los Servicios Públicos de Empleo han sido una constante durante el año que ahora expira.

Nunca se había hablado tanto ni con tanto interés de economía. 2009 ha sido el año del desastre, de la recesión, de la destrucción de puestos de trabajo, de la escalada del déficit público en España. Y también el del cambio de cara del Gobierno para hacer frente a estos asuntos, ya que en abril hubo una remodelación del Ejecutivo que supuso la sustitución de Pedro Solbes en la vicepresidencia económica del Gobierno por la hasta entonces ministra de Administraciones Públicas, Elena Salgado.

Pero empecemos por el principio. Después de la caída de Lehman Brothers en EEUU en septiembre de 2008, se esperaba que la crisis internacional afectara de lleno a España, pero quizá no de forma tan violenta. La dependencia de la economía española del sector de la construcción ha sido un elemento más que ha perjudicado al país respecto a otros en estos meses, sobre todo en la abultada lista del paro, que registró en noviembre 3.868.946 desempleados, una cifra histórica -durante todo el año se han ido pulverizando récords- a pesar de que el alza mensual de 60.593 fue muy inferior a la del año anterior, cuando creció en 171.243 personas.

España en recesión. Desde enero se veía venir. Fue el mes en el que España entró de lleno en la recesión, tras sufrir el Producto Interior Bruto (PIB) dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo. Las soluciones han venido en forma de medidas por parte del Gobierno, que en muchos casos han sido criticadas, sobre todo desde el principal partido de la oposición y la patronal CEOE.

De hecho, el presidente de los empresarios, Gerardo Díaz Ferrán, se ha erigido como una de las figuras con más presencia en los medios y el objetivo de las críticas de los sindicatos, debido, en gran medida, a su insistencia sobre la necesidad de hacer una reforma laboral -proponiendo un abaratamiento del despido y la reducción de los tipos de contrato-.

A pesar de que la situación ha sido y es dramática, sobre todo en lo que al paro se refiere, con miles de familias que han visto reducida al mínimo su capacidad de consumo, la única gran manifestación de UGT y CCOO ha estado dirigida contra la patronal -el pasado día 12-. Y es que el diálogo social este año ha brillado por su ausencia.

Se rompe el diálogo. Así, en pleno verano, allá por el mes de julio, el Gobierno dio por rotas las conversaciones con los agentes sociales por las posturas de máximos que exigió la CEOE -a la que Zapatero responsabilizó directamente- en cuanto a rebajar el despido y las cotizaciones empresariales en 5 puntos, mientras que los sindicatos reclamaron más protección para los trabajadores y subidas salariales de entre el 1% y el 2%.

Precisamente esta ruptura hizo que el Gobierno aprobara una de las demandas principales de CCOO y UGT: pagar 420 euros a los parados que hayan agotado su prestación. En noviembre parecía verse algo de luz al final del túnel en lo que a la negociación de los convenios colectivos se refiere, ya que en el diálogo bipartito entre patronal y sindicatos se logró un acuerdo para desbloquear la situación y los representantes de los trabajadores dieron a los empresarios un mes para que todo se resuelva, pero ahora la CEOE ha dicho que no dará tiempo.

Planes anticrisis. Volvamos a las medidas de estímulo llevadas a cabo por el Gobierno para paliar los efectos de la crisis, dirigidas sobre todo la reactivación del consumo y a frenar el alza del desempleo. Muchas han sido criticadas, pero hay algunas que han dado sus frutos.

En este grupo está el Plan 2000E, de ayuda directa a la compra de vehículos, que ha conseguido levantar uno de los sectores que peor estaba capeando la coyuntura y donde más peligraban los puestos de trabajo. El Fondo Estatal de Inversión Local, desarrollado a lo largo del presente ejercicio, ha logrado dar empleo a 424.678 personas, aunque cuestionado por el efecto efímero de su aplicación, ya que el trabajo es sólo temporal.

Desde el principio, el Gobierno ha defendido la protección social por encima de cualquier otra cosa. Esto ha hecho que las arcas públicas hayan alcanzado un déficit muy alejado del 3% del PIB que marca Europa como máximo. A cierre del año, se espera que éste supere el 10%. Y es que España ha hecho el mayor esfuerzo fiscal acometido en el seno de la UE. Todo esto le ha llevado a tomar una decisión ya en el cuarto trimestre del año muy poco popular: el alza de impuestos.

Subida fiscal. Con la subida del IVA -que entrará en vigor en julio de 2010-, la eliminación de la deducción de los 400 euros, excepto a las rentas más bajas, y el alza de la tributación del capital, el Gobierno espera compensar la caída de ingresos y confía en que la retirada paulatina de las medidas de estímulo hará reducir el déficit.

Para conseguir que una crisis como la actual no se vuelva a repetir, el Ejecutivo ha optado por plantear la Ley de Economía Sostenible, muy esperada pero que finalmente no ha conseguido convencer a nadie, más allá de los propios socialistas. Ahora se propone llevar a cabo una reforma laboral, pedida por activa y por pasiva por organismos internacionales y patronal.

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