I. Comesaña / D.Cela
El hermano de Miguel dijo ayer al juez que él salió de su piso entre las 20.30 y las 20.40 horas la noche que Marta fue agredida, y regresó entre las cuatro y las cinco de la madrugada, tras haber estado trabajando en su bar de copas. Afirmó que no notó nada raro antes de irse ni al volver, ni llegó a ver a la joven. Pese a ello, el juez lo envió a prisión.
Su abogado aseguró que hay muchas personas que pueden confirmar su coartada pero no quiso aportar más datos hasta conocer los detalles de la investigación, porque aunque ayer se levantó el secreto del sumario, el juez no tuvo tiempo de facilitar las diligencias a los abogados.
Javier Delgado llegó temprano a los juzgados, a las 9,30 de la mañana, vestido de negro y cubierto por una capucha que ocultaba su pelo canoso y una barba incipiente. Fue recibido con abucheos por un grupo de curiosos que lo esperaban, aunque eran muchos menos que el lunes, cuando el juez interrogó a Miguel y a Samuel. Aguardó hasta mediodía en las oficinas del juzgado, y entró a prestar declaración ante el magistrado sobre las 12, para salir dos horas y media después.
El hermanastro de Miguel dijo lo mismo que durante las 72 horas que ha estado detenido en los calabozos de la Policía: que es inocente y no supo nada sobre el crimen. Aun así, el juez Francisco de Asís Molina emitió un auto de ocho folios donde explica los motivos para decretar su prisión sin fianza como cómplice de asesinato, homicidio o secuestro sin dar razón del paradero, un delito con una condena similar a los anteriores.
Según Javier, que trabaja como vigilante de seguridad en varios centros de salud, el día que Marta murió él salió de su casa entre las 20.30 y las 20.40 horas, tras darse una ducha. Ni vio a la joven ni supo si estaba allí. Estuvo con su ex novia y a medianoche fue a trabajar a su pub hasta las tres de la madrugada, como sus compañeros de trabajo confirmaron ayer a este periódico. Añadieron que aunque no lo controlaron con precisión, solía ir a trabajar cada sábado en torno a esas horas. Luego, Javier se fue a otro bar y estuvo de copas hasta las cuatro o cinco de la madrugada, según su declaración, en la que alega que muchas personas pueden corroborar todos sus pasos.
A la vuelta no notó nada raro ni vio a su hermano Miguel, que no estaba en el piso porque pasó la noche en Camas. Añadió que ni participó en el traslado del cuerpo de la joven ni en la limpieza del piso; de hecho, dijo no haber sabido lo ocurrido ni la noche del crimen ni en los 20 días transcurridos hasta que fue detenido su hermano.
La Policía, en cambio, cree que ayudó a trasladar el cadáver desde el dormitorio al salón, organizó la forma de desembarazarse de él luego se quedó en la casa borrando las pruebas, una tesis que apoya la versión del menor, que afirma que estaba en el piso cuando él acudió a la llamada de Miguel.
