Si se pregunta a cualquier sevillano dónde está el mayor monumento escultórico del sur de España, no todos sabrán que semejante honor lo ostenta la capital hispalense. Y probablemente, no muchos lo habrán visitado. La pieza en cuestión es El nacimiento del nuevo hombre o, para los amigos, el Huevo de Colón del parque de SanJerónimo. A raíz de la ExposiciónUniversal de 1992, Moscú donó a Sevilla esta obra del escultor ruso-georgiano Zurab Tsereteli, realizada en bronce, con un peso de 450 toneladas y una altura de unos 40 metros, por 23 de diámetro. El Ayuntamiento escogió para su ubicación este nuevo espacio verde de SanJerónimo, creado en una superficie de unos 148.000 metros cuadrados que habían servido de vivero para la Expo. El lugar elegido, quizá demasiado alejado para lucir tamaña escultura, ha impedido que este monumento entre a formar parte de los circuitos turísticos habituales de la ciudad, y ha propiciado que, ante la falta de vigilancia, proliferaran los robos de metal y los actos vandálicos. En 1998, tres años después de su inauguración, ya hubo que restaurar el conjunto. Más recientemente, en enero de 2012, la Gerencia de Urbanismo instaló un cerramiento metálico que iba a ser «provisional», hasta que se redactara un presupuesto de reparación de la obra y de reinstalación de todas las placas del material de revestimiento que habían sido sustraídas. Sin embargo, hasta la fecha, Cristóbal Colón y su huevo siguen esperando. La escultura representa a Colón desplegando un pergamino con un mapa y tres embarcaciones (Santa María, Pinta y Niña) navegado sobre él en relieve. Su exterior recrea el célebre huevo. Ahora, casi 20 años después de su inauguración, a este monumento le ha salido un hermano mayor, que se está instalando en la actualidad en Puerto Rico. En este caso, se trata de una pieza de más tamaño, que está llamada a convertirse en la escultura más grande de toda América, duplicando en altura a la Estatua de la Libertad de Nueva York. El monumento se erige en la localidad de Arecibo, en un lugar eminentemente visible, frente a la playa Caracoles de este municipio. Son más de 2.000 piezas realizadas en bronce por el artista ruso Zurab Tsereteli el mismo que la pieza de Sevilla, que deben ser ensambladas para conformar un conjunto que incluye, como enSanJerónimo, una gran talla del descubridor, subido en una embarcación, y rodeado por las velas de las tres carabelas, realizadas en cobre. En esta ocasión, no hay referencias al conocido huevo. A diferencia de en la capital hispalense, en Arecibo han buscado un lugar muy destacado para este nuevo icono, en la costa norte de la isla de Puerto Rico, a tan sólo unos metros del mar y frente a una de sus paradisiacas playas. La estatua mide 90 metros de altura y pesa 600 toneladas de peso y forma parte de un proyecto empresarial, que incluye la construcción en sus inmediaciones de restaurantes, tiendas y otras infraestructuras, y que espera de recibir cada año a un millón de visitantes. El monumento fue esculpido en bronce en 1991, si bien desde entonces ha estado vagando por la isla a la espera de la localización y los permisos necesarios para su colocación. Inicialmente se pretendía tener terminada la obra para los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 2010, si bien finalmente estará terminada para verano 2015, gracias a la iniciativa privada. Actualmente técnicos rusos colaboran en su instalación. La inauguración de esta pieza quizá ayude a revalorizar El nacimiento del hombre nuevo, que aunque quedará empequeñecido frente a su escultura hermana de Puerto Rico, seguirá siendo uno de los monumentos más llamativos de Sevilla. Y aunque se pueda acuñar aquello de que el tamaño no importa, la conservación a espera de una rehabilitación, sí.