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El hilo musical de la discordia

Los regentes de las casetas de la Velá se quejan de que la uniformidad de las canciones que suenan en la calle Betis estos días no ayuda al consumo, que ha caído fuertemente en los últimos años .

el 22 jul 2013 / 21:32 h.

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15138578“La gente joven no va a venir a escuchar música y bailar como otros años. Antes cada caseta podía poner la suya sin problemas, pero ahora es más difícil diferenciarse del resto y que haya distintas opciones para según qué edad. Por ejemplo, los más jóvenes quieren escuchar música actual y no flamenco, sobre todo por la noche”. Quien habla es Francisco José. A las 13.00 horas de ayer, era el único habitante de la caseta de las juventudes socialistas en la Velá de Santa Ana, una tónica que se repetía en todas las instalaciones. Para este joven que el año que viene cursa Químicas –“es a lo que voy a destinar el dinero que gane estos días”, explica–, la nueva ordenanza municipal que obliga a todas las casetas a compartir música es uno de los lastres de esta edición de la feria de Triana, que un año más estará marcada por la crisis. Muy de acuerdo con este punto de vista se mostraba Ramón, que regenta la caseta de la peña sevillista Santa Cecilia. “Pusieron música moderna a partir de la 01.30 horas, pero antes habían sonado las sevillanas más antiguas que te puedas imaginar; sevillanas de la época de mis abuelos”, protestaba. Y no solo por este motivo: otra de las cuestiones que recoge la nueva ordenanza es que a partir de las 03.00 horas deben echar el cierre todas las casetas, un límite que solo se podrá sobrepasar el jueves, día grande de la Velá. “Uno de los grandes fallos de este año es que no coincide ningún fin de semana con los días de Velá y eso nos va a hacer perder mucho dinero”, indicaba Ramón, que recordaba que poner en pie una de estas estructuras cuesta cada año alrededor de 3.000 euros. “Para hacer rentable el negocio tienes que ganar entre 1.800 y 2.200 euros al día, pero por ejemplo, la primera jornada [la noche del domingo, cuando arrancó la fiesta] ha sido nefasta. Había mucha menos gente que otros años, y es normal, porque empezando en domingo no se puede esperar otra cosa. Deberían habernos dejado abrir el sábado, que ya estaban todas las casetas montadas, pero el Distrito se negó”, se lamentaba. Negocios aledaños // Y no solo los caseteros ven con mal agüero esta edición de la Velá de Triana. Los negocios cercanos al recinto ferial ubicado en la calle Betis tampoco creen que vaya a suponer un pico espectacular en las ventas, como sucedía en la época de las vacas gordas. “Ya en 2012 se notó mucho que la gente consumía menos. Las previsiones son malas, de ahí que ni siquiera nos hayamos planteado contratar más personal estos días, como sí sucedía en los años buenos”, señalaba José, del puesto de churros del otro lado del Puente de Triana, Los Especiales. En la cercana terraza de copas Capote, uno de sus camareros, Alfonso, que apenas lleva dos semanas trabajando en el establecimiento, cree que la Velá es una oportunidad para aumentar el consumo en la época estival. “Aquí vienen fundamentalmente extranjeros, sobre todo por la tarde, y sobre todo se llena las noches de los jueves y los viernes. Supongo que esta semana lo hará aún más, porque es la única terraza cercana al recinto de la Velá”, explicaba. No esperan que aumente mucho el negocio en los bares y establecimientos que ocupan el interior de la plaza de abastos de Triana. Uno de los que cuenta con más seguidores es la Ostrería del Mercado, donde puede degustarse comida japonesa. “Aquí a partir del miércoles siempre hay mucha gente, aunque si viene más mejor, pero no tenemos previsiones de que eso vaya a ser así esta semana”, relataba ayer Alberto, que estaba detrás de la barra. Algo más pesimista se mostraba Patricia, la camarera de La boca del león, que se encuentra en pleno Altozano, junto al escenario que cada noche acoge un espectáculo. “Comprar sí compramos más estos días, pero no esperamos que haya mucho negocio. La cosa está muy cortita”, sentenciaba.

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