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El hombre que cura la sonrisa

La Fundación de Odontología Social trabaja desde hace una década por mejorar la salud dental de los colectivos en riesgo de exclusión social tanto en Sevilla como en el extranjero

el 03 dic 2014 / 12:00 h.

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Antonio Castaño es el único hombre capaz de sacarle una sonrisa al más desfavorecido. Pero literalmente. Desde hace ya diez años, este odontólogo sevillano trabaja por y para salvar ese «agujero que hay en el sistema» y atender a un amplio colectivo «que nadie quiere o puede tratar»: las personas en exclusión social y aquellas que están en riesgo de caer en esta situación. dentistas-solidarios«Se da la paradoja de que a pesar de que tenemos un sistema nacional de salud a la cabeza mundial, la dental es la que menos cobertura tiene, es la cenicienta», se lamenta Castaño. «Esto provoca que las diferencias sociales se exacerben en la población por la carencia de estos servicios de manera pública y comunitaria», asegura. «Nuestro proyecto viene a suplir esta necesidad, surge ante la evidencia de que hay cientos de miles de personas que no acceden a la salud dental por barreras socioeconómicas y a las que hay que darles una solución», apunta. Esta iniciativa, que ahora se concreta en la Fundación de Odontología Social (FOS), arranca hace una década a kilómetros de distancia. «Estaba yo dando un curso de doctorado en Lima», recuerda Castaño, «un grupo de cooperantes españoles me llevaron a conocer una ONG de unas religiosas españolas que trabajan con niñas de entre 11 y 14 años que habían sido forzadas, la mayoría por sus propios familiares. Tenía que hacer algo por ellas. Y así empezó todo». Desde entonces lucen nuevas sonrisas 150.000 personas gracias a diez campañas en República Dominicana, cuatro en Perú, tres en México, acciones solidarias en Marruecos además de los proyectos que se han desarrollado en otras zonas de España como el barrio de El Príncipe en Ceuta o los niños del CETI (Centro de Estancia Temporal) de Melilla. Pero toda esta vocación internacional se concreta en 2009 en lo local. «Aunque seguimos viajando a otros países, aquí hay mucho por hacer». Ese año, ya como fundación, firmaron un acuerdo con el Ayuntamiento para trabajar con los drogodependientes en situación de exclusión social. «Con Volver a reír, que es como se llama la iniciativa, empezamos a trabajar en el Polígono Sur». dentistas-solidarios-02Desde entonces hasta ahora han visto pacientes de los barrios de las Tres Mil, Vacie o Torreblanca. «Nuestro abanico es muy amplio». Por ello, en estos años también han tratado a mujeres maltratadas, drogodependientes, niños de familias en exclusión, discapacitados... «a los que siempre les hacemos un seguimiento». Para mostrar la falta de atención que se presta a esta salud dental en el sistema, Castaño pone el ejemplo de una mujer maltratada. «Si tras una paliza, le fracturan el brazo, si tiene un problema en la rodilla, una lesión en el ojo... todo eso, se lo cubre la Seguridad Social. Pero, ¿quién le repone la paleta que haya podido perder por la misma paliza en la que se produjeron todos esos golpes?», apunta. En el caso de los drogodependientes, el programa tiene un enfoque de reinserción social. «Estas personas tienen un rictus que les bloquea a la hora de encontrar trabajo», comenta Castaño, «nuestro objetivo es ofrecerles una ayuda para que se reinserten en la sociedad». Además, «colaboramos con asociaciones como la de Amigos del Pueblo Saharaui» para tratar a los niños que vienen en el programa de Vacaciones en Paz. «Con ellos también tratamos de ir no solo a la urgencia sino también a la parte estética que da seguridad a los niños y adolescentes». Pero Castaño y sus más de 80 colaboradores no paran ni entienden de festivos, vacaciones o domingos. El próximo enero comienzan una nueva andadura, «esta vez en Las Vegas». «Hemos firmado un acuerdo con la asociación Entre Amigos para atender a niños con los que queremos trabajar de manera preventiva y asistencial ya en el centro». Toda esta lista infinita de proyectos, vienen a sumarse, desde 2013, a la clínica que tienen en Muñoz León. «Aquí el paciente no paga y no puede pedir cita. Son derivados desde asociaciones de prestigio como Cruz Roja, Cáritas Diocesana, hermandades... con las que trabajamos y son ellas las que nos derivan los casos y nos pagan una pequeña dotación económica», explica Castaño. «Es algo simbólico. Parecido a lo que pasa en los economatos sociales, que se paga lo mínimo, porque nuestra intención no es ser competencia de nadie». ¿Y cómo se financia entonces todo esto? «Aquí no hay color político. Aunque comenzamos con la ayuda de un gobierno del PSOE, hay que reconocer que Juan Ignacio Zoido lo ha continuado y ampliado», admite. Igualmente, entidades como La Caixa realizan dotaciones económicas para determinados proyectos, una unidad móvil... Además de la colaboración de varias casas comerciales. «Aunque nuestro ideal es que esto se autofinancie, cualquier particular que quiera aportar puede hacerlo de muchas formas. Tan solo tiene que ponerse en contacto». Y es que no todo queda aquí. «Nuestro lema es Ayudar aprendiendo, aprender ayudando y durante estos años no sólo hemos formado en conocimiento y valores a muchos profesionales de la odontología», también «podemos decir con orgullo que algunas de las personas a las que hemos devuelto la sonrisa en este tiempo se ha reinsertado y ha encontrado trabajo». Esto es, para Castaño, «el premio mayor» de esta década de trabajo altruista y solidario.

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