El detenido el jueves en Argentina por matar a su novia en Bellavista, en octubre de 2007, vivió errante durante más de un año entre su país y Brasil para evitar ser capturado. Pero mientras se escondía de la Policía seguía intentando cobrar el finiquito de la empresa española en la que había trabajado.
A través de su madre y de su hermana, Mariano Cristian Beade siguió manteniendo contactos en España con su empresa para exigir ese dinero, a través de llamadas y correos electrónicos que permitieron seguirle la pista. Conservó el móvil de la compañía, que se llevó consigo al huir a toda prisa tras, supuestamente, asfixiar a la profesora cordobesa Sara Rubio en su casa de la calle Enamorados, donde habían pasado juntos el Puente del Pilar. La Policía Nacional cree que la ayuda de la empresa, que accedió incluso a mantener activo ese teléfono, ha sido clave para su arresto: el joven usaba el móvil para conectarse a internet y era posible rastrearlo, aunque no conseguir su localización exacta.
El cadáver de la chica fue hallado en su cuarto, horas después de que Beade hubiese escapado llevándose su coche. Con un billete comprado por internet antes de destrozar el ordenador de la víctima, voló a Londres ese mismo día, y de allí a Buenos Aires. Al poco tiempo, seguramente porque seguía por internet los avances de la investigación, cruzó a Brasil a través del puente internacional Tancredo Neves. Allí vivió "errante como Caín", destacan fuentes policiales, que aseguran que "como todos los delincuentes que huyen, ha sufrido un doble arresto: el que él mismo se autoimpuso y el que ahora legalmente le corresponde".
Vivió unos días en una ciudad fronteriza con Argentina y luego se mudó a otra costera donde se le perdió la pista, aunque seguía contactando con su familia. Las Navidades de 2007, la Policía creyó que iba a viajar a España para entregarse con la mediación de un abogado, pero no llegó a hacerlo.
El caso pareció enconarse pero la Jefatura pidió al Ministerio del Interior que le diese el último impulso: con la información facilitada por el grupo de Homicidios de Sevilla, policías del grupo de Localización de Fugitivos de Madrid viajaron en octubre a Buenos Aires, donde pudieron saber que en Navidad iba a visitar a su madre, cuyo domicilio se conocía desde el inicio de la investigación. Fue en su casa donde, tras lograr una orden judicial, se le arrestó el jueves pasado, por la mañana temprano. El juzgado que lleva el caso tendrá que pedir ahora su extradición para juzgarlo por el homicidio.