El Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla prescribe cada año unos 1.200 tratamientos de oxigenoterapia a domicilio, una terapia que ayuda al paciente en su adaptación en casa a su nueva realidad y que es financiada en la actualidad al cien por cien por la sanidad pública.
Así se ha puesto de manifiesto este miércoles en una jornada sobre usos, precauciones y consejos de la oxigenoterapia a domicilio en la que han participado profesionales de la Unidad Médico-Quirúrgica de Enfermedades Respiratorias de este hospital y 40 pacientes.
El oxígeno es un 'medicamento' que estos especialistas prescriben cada año a más de un millar de personas que padecen patologías o trastornos que dificultan la llegada de este gas a todos los órganos (corazón, cerebro y pulmones), lo que termina dañando sus tejidos y sus funciones.
La terapia consiste en la administración de oxígeno a concentraciones superiores a las del aire ambiente (un 21%), necesitando el paciente este tratamiento durante al menos 16 horas al día, aunque se pueden intercalar con periodos de interrupción controlados de un máximo de dos horas.
Si cumplen estas pautas, los beneficios que describen son una mejor capacidad para realizar ejercicio físico o las actividades de la vida diaria, se optimizan las horas de sueño, la memoria y puede llegar a reducir la hospitalización. "Pero lo más importante es que la oxigenoterapia aumenta la supervivencia en este tipo de pacientes", ha explicado al respecto el director de esta Unidad Médico-Quirúrgica, Francisco Ortega.
DUDAS MAS FRECUENTES
La incomodidad de tener que estar utilizando estas máquinas que suministran el gas, poco estéticas y algo pesadas según el modelo, y el miedo al rechazo de los demás por usarlas en público han sido las principales dudas que manifiestan los pacientes a su médico en consulta, junto a si el oxígeno es adictivo o si deteriora más que beneficia al organismo.
La mayoría de ellos utilizan estos equipos de manera crónica. Por ello, estos dispositivos han ido evolucionando para adaptarse a las necesidades de sus usuarios. Así, existen botellas de gas comprimido, concentradores de oxígenos fijos y portátiles, y depósitos de oxígeno líquido fijos y portátiles para llevar en mochilas.