El meteorología y la suciedad se han aliado esta semana para formar una boina de contaminación sobre Sevilla, un fenómeno perfectamente visible desde el entorno de la ciudad a primera hora de la mañana que los conductores que se dirigían a la capital desde los pueblos han podido apreciar en su apogeo. La boina podía apreciarse al menos en 10 kilómetros a la redonda, según pudo comprobar este periódico.
El origen de esta densa capa negra a ras de suelo no es meteorológico, sino fruto de la contaminación, pero "el tiempo anticiclónico contribuye a que se haga más llamativo", según explica Fernando López Cotín, delegado territorial de la Agencia Estatal de Meteorología.
"El tiempo anticiclónico y los cielos despejados durante la noche producen un enfriamiento del suelo, que causa lo que denominamos inversión térmica, una diferencia de temperatura que impide que el aire se mezcle verticalmente", explica López Cotín. Al no mezclarse con niveles más altos de la atmósfera, toda la contaminación se queda a ras del suelo "formando una capa densa y estrecha" durante las primeras horas del día, perfectamente apreciable hasta que el terreno comienza a calentarse y el aire sucio empieza a mezclarse con el de capas más altas.
La falta de lluvias que limpien la atmósfera acrecienta la densidad de esta franja de contaminación, a lo que estos días también se está uniendo otro fenómeno: el uso en los campos de cultivo de unas pastillas que emplean los agricultores para evitar que las cosechas s e hielen, lo que explica el olor a quemado que también podía apreciarse ayer. Esa especie de fuegos también sueltan humo negro y algo de hollín, que ennegrece aún más esta boina de contaminación.
Los Bomberos de la Diputación explicaron ayer que entre anoche y ayer por la mañana no se produjeron fuegos que hayan justificado este olor a quemado en el entorno de Sevilla, e indicaron que tanto el olor como la humareda se deben principalmente a estas pastillas agrícolas, que generan humo negro y algo de hollín pero no son gravemente contaminates. Sí lo es el humo procedente del tráfico que justo a esas horas se produce en las entradas a la ciudad al producirse las habituales retenciones de tráfico a la hora punta de llegada a la capital desde los pueblos.
Ttráfico. Aunque el fenómeno de ayer fue llamativo al aumentar la densidad de la franja contaminada, los niveles de humo y emisiones del tráfico son similares a los de cualquier otro momento del año, un fenómeno que sin duda se ha visto agravado en el Centro por la libre circulación de vehículos. Y eso que las previsiones de partida no eran nada halagüeñas: la ciudad supera los límites de contaminación del aire permitidos por rebasar las cifras máximas de concentración de ozono casi una vez por semana. El año pasado, según el informe diario de calidad del aire de la Consejería de Medio Ambiente, esta situación se ha producido en más de 50 ocasiones. Este nivel de contaminación supone que la calidad del aire de Sevilla esté considerada como "mala" por Medio Ambiente.
