La Junta cerrará hoy un acuerdo con el Instituto de Crédito Oficial (ICO) para financiar con 3.000 millones de euros los proyectos "concretos y definidos" del plan Andalucía Sostenible, anunció ayer el presidente andaluz, José Antonio Griñán. El jefe del Ejecutivo avanzó esta línea de financiación durante la sesión de control al Gobierno en el Parlamento, justo un día antes de que el Consejo de Ministros apruebe en Sevilla la Ley de Economía Sostenible. El presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, se comprometió a que la norma, que definirá un nuevo modelo productivo para salir de la crisis, se estrenaría en Andalucía en agosto, pero finalmente verá la luz hoy. Abrirá, según Griñán, un "nuevo camino esperanzador".
El presidente andaluz respondió así a una pregunta del coordinador regional de IU, Diego Valderas, que le exigió saber con qué nuevos recursos cuenta la comunidad para hacer frente a la crisis. Valderas sostuvo que cuando Andalucía cumpla con el plan de estabilidad del Gobierno central -que afectará en 10.000 millones de euros a las comunidades- tendrá "poco margen de maniobra", de ahí que le reclamara acudir a un mayor endeudamiento. "Habrá dinero y recursos", sentenció Griñán, que rechazó de plano la posibilidad de aumentar el déficit público. Previamente había reprochado a Valderas que llevara al pleno de la Cámara sus reivindicaciones sobre la negociación del pacto anticrisis que ya está en marcha. Plantear las demandas fuera de la mesa de diálogo es, a su juicio, "poner piedras" en el camino.
"rebelión", con matices. No sólo IU interpeló a Griñán sobre el efecto que tendrá el recorte estatal del gasto público. El líder del PP, Javier Arenas, insistió en pedirle que aplique la austeridad en la administración autonómica. "Usted tiene la manga muy ancha para gastar y muy corta para invertir", le reprochó el dirigente popular. El presidente, que aseguró que el compromiso de Andalucía con el pacto de estabilidad es "innegociable", defendió que la comunidad cumplirá con lo que le pide el Ejecutivo como ha hecho "siempre".
"Nosotros nunca llamamos a la rebelión", dijo, en referencia a las manifestaciones de Esperanza Aguirre, presidenta de Madrid, sobre la subida del IVA. Los dos líderes echaron mano del diccionario para dar definiciones distintas del término rebelión y Griñán rescató una reunión de FAES -fundación auspiciada por el PP- donde se "sugirió una subida del IVA".
El presidente sí quiso dejar claro que a la hora de sentarse en el Consejo de Política Fiscal y Financiera -donde acude el Ejecutivo y las comunidades- pedirá "planes individuales" porque no se le puede exigir lo mismo a las autonomías que han hecho sus deberes y a las que no, caso de Valencia o Madrid, apuntó. Según él, Andalucía es la que menos se ha endeudado y en época de vacas gordas redujo su déficit en 700 millones. Eso le permitió ahorrar lo suficiente como para hacer una política de expansión fiscal cuando llegó la crisis.
Arenas, sin embargo, dibujó un escenario opuesto. Culpó al presidente de haber engordado el gasto corriente un 58% y el de personal un 41% en su etapa como consejero de Economía. "Mire la realidad sin las gafas de sol", le espetó Griñán, que consideró que Arenas tiene una "negligencia culpable en el conocimiento de los datos".
En la sesión de control se coló la deuda histórica y el congreso del PSOE-A, que ha acaparado "todos los esfuerzos" del presidente de la Junta, según Arenas. El líder popular le pidió que haga ya la crisis de Gobierno porque sus consejeros están "en precario". "No sólo piensa en los nombres de sus futuros consejeros, sino que quiere darme a mí los míos", criticó Griñán. Sólo hubo una alusión a la bronca del pleno anterior, en el que Griñán abandonó su escaño cuando Arenas iba a entregarle en mano sus medidas anticrisis. El dirigente popular mostró ayer ese documento e ironizó al respecto: "No se inquieten [a la bancada socialista], que no voy a darle mis propuestas. Esta vez impediré su huida".
