Razones da para todos los gustos, pero la conclusión fundamental del Instituto de Estudios Económicos es que es "imprescindible" reformar el sistema de pensiones y hacerlo de forma "urgentísima". En un almuerzo coloquio organizado por la Fundación Antares, el director de esta institución, Juan Iranzo, defendió la necesidad de ampliar la edad de jubilación, pero no hacerlo hasta 67 años como propone el Gobierno, sino ir más allá, hasta los 70.
Iranzo valoró que el actual modelo se diseñó bajo la premisa de una jubilación con pocos años más de esperanza de vida, pero ahora, el aumento y las condiciones de calidad de vida, así como las razones demográficas obligan a plantear la reflexión, sobre todo, porque dentro de poco se jubilará la generación del baby boom de los sesenta.
Entre los datos que aportó, el director del Instituto de Estudios Económicos reseñó que en el horizonte de 2049 -según el Banco de España- de cada cien personas en edad de trabajar (de 16 a 65 años) 61 tendrán más de esa edad. Hoy se cuentan casi 18 millones de cotizantes para 8,5 millones de pensionistas.
Además, recordó que la edad real de jubilación dista de colocarse en los 65. La media está en 62,5 años, a causa de las jubilaciones anticipadas.
En su intervención sobre La sostenibilidad del sistema de pensiones dibujó un panorama oscurecido por la imperiosa necesidad de reducir el gasto público y se mostró a favor de ampliar el periodo de cotización para calcular la pensión (ahora son 15 años), incluso de computar toda la vida laboral, mientras que no vio necesidad de tocar los 15 años que son indispensables para acceder a una pensión contributiva, aunque sí de establecer una "tarifa proporcional".
Además, defendió el ahorro privado y planteó una reflexión futura sobre el cambio de modelo de un sistema de reparto (pagan las pensiones quienes trabajan con sus cotizaciones) a otro de capitalización.
