La Audiencia Provincial de Huelva ha absuelto por falta de pruebas a Emilio Perdigón, acusado de provocar el incendio ocurrido en el término del municipio onubense de Minas de Riotinto el 27 de julio de 2004, y que afectó a siete localidades de Huelva y a seis municipios de la provincia de Sevilla. El fuego arrasó 35.291 hectáreas de masa forestal y causó la muerte de un matrimonio que circulaba en ese momento por una carretera cercana y que se vio aprisionado por las llamas.
Según la sentencia, a la que tuvo acceso Europa Press, la Sección Tercera de la Audiencia Provincial absuelve al acusado por "una ausencia de prueba de cargo", el conocido vacío probatorio, y señala, además, que Perdigón negó rotundamente los hechos declarando que salió de su casa sobre las 16.00 horas en dirección al pantano Zumajo para darse un baño, momento en el que "vio humo que provenía de un contenedor", pero no se acercó porque "podían haberle echado la culpa" al tener antecedentes penales.
Así, como consideración final, la Audiencia onubense estima la absolución, ya que no tiene un "pleno convencimiento" respecto a la participación que se le imputa al acusado. Únicamente puede establecer "sospechas" de la misma pero no plena certidumbre, por lo que no puede fijar como hecho probado la participación de Emilio Perdigón en el incendio.
Durante el juicio, el letrado defensor del acusado, Francisco Lagares, ya solicitó una sentencia absolutoria para su cliente, toda vez que consideró que cuando se produjo el incendio "hubo prisas" para encontrar a un culpable, indicando además que de todos los testigos "nadie ha manifestado haberlo visto en los focos del incendio y dicen de forma espontánea que su cliente no tuvo nada que ver". En las primeras declaraciones ante la Guardia Civil, en 2004, sí que hubo varios vecinos que lo señalaron cerca de los focos y que aseguraron que él mismo les había confesado la autoría del fuego.
Su abogado sostiene que todas las pruebas testificales confirman que Perdigón "no sólo no fue autor de los hechos sino que no pudo serlo porque estaba en casa cuando se produjeron los distintos focos del incendio". Del mismo modo, señaló que si existen contradicciones horarias, es "por el propio relato de la Guardia Civil". Lagares aseguró que el acusado había declarado en cuatro ocasiones y todos los datos ofrecidos "han sido ratificados por los testigos", por lo que espetó que "nadie ve a Perdigón en ningún foco del incendio, tan sólo en las proximidades del tercero", al tiempo que destacó que agentes de la Guardia Civil "dijeron que es difícil que el incendio fuera fortuito, pero no imposible".
Según el escrito de la Fiscalía, las consecuencias ecológicas fueron "incalculables", ya que se perdieron los hábitat de muchas especies autóctonas, tales como el Eucalipto, el Pino Mediterráneo, la Encina y el Alcornoque. Igualmente resultaron afectadas diversas especies animales como el jabalí, el ciervo y el zorro, ascendiendo los gastos de extinción a 1,9 millones de euros. Por este motivo, los ecologistas pidieron el martes que la Justicia "no cierre" las diligencias sobre el incendio pues esto "significaría abrir una página negra en la historia de Andalucía y de la gestión de la Consejería de Medio Ambiente". El letrado de los hijos del matrimonio fallecido, Antonio Rubio, no descartó elevar un recurso de casación al Tribunal Supremo (TS), aunque es algo que aún tiene que consensuar con la familia de las víctimas. La actitud "chulesca" del acusado ha enfadado a las familias.