Por José Ángel Fontecha Más de un centenar de padres y alumnos de IES El Carmen de Cazalla de la Sierra se concentraron ayer frente a la puerta de dicho instituto como medida de protesta ante el cierre del Ciclo Formativo de Grado Medio en Gestión Administrativa. Esta concentración es la primera de una serie de reivindicaciones que el colectivo estudiantil tiene en mente para hacerse oír, ya que según manifiesta José Nieves, profesor del mencionado ciclo formativo, hasta la fecha, la única contestación de la Consejería de Educación al respecto ha sido una carta del jefe de servicios. En dicha carta se expone, según Nieves, que el motivo del cierre del ciclo es la falta de alumnado. «La consejería dice que se suprime para optimizar recursos», apostilla el profesor, a lo que añade «eso significa suprimir por toda la cara». El docente cree que el cierre del ciclo obedece únicamente a una política de recortes y argumenta que no solo resultará perjudicial para la población de Cazalla de la Sierra, sino que también repercutirá en los alumnos de Guadalcanal, Alanís, El Pedroso o Constantina, ya que para realizar los estudios de Administración que hasta ahora se han desarrollado en el IES El Carmen, ahora tendrán que desplazarse hasta Sevilla para poder llevarlos a cabo. Con actos como los de ayer el colectivo estudiantil y docente pretende emular el logro conseguido hace años, cuando ya peligró el Ciclo Formativo de Grado Medio de Trabajos Forestales y Conservación del Medio Natural, y gracias a sus protestas lograron evitar su cierre. A la concentración acudieron, igualmente, miembros de la corporación encabezados por el alcalde, Carmelo Conde, quien mostró todo su apoyo a los manifestantes. Según palabras del primer edil, los problemas comenzaron en junio con el proceso de matriculación para el presente curso, por lo que se puso en contacto con la delegación territorial de Educación, la cual le confirmó que el ciclo había sido cerrado «por no llegar a la cuota de alumnos exigidos». Ante esta situación, explicó Conde, pidió sendas reuniones con el secretario general de FP y el delegado del Gobierno. No hay respuesta. El mes pasado, según el alcalde, volvieron a insistir desde el consistorio enviando tres nuevos escritos que de momento no han servido de mucho, ya que la decisión parece irrevocable. De todas formas, expone, aunque ve difícil una solución satisfactoria, «vamos a seguir peleando, y en caso de que no pudiera ser, voy a solicitar una nueva familia de formación profesional», que se ajuste al desarrollo real y social de la comarca. Aunque el argumento de las protestas lo encabezó la supresión del mencionado ciclo formativo, entre los estudiantes había también otras reivindicaciones en relación a las instalaciones del centro. Así, según explica la portavoz estudiantil, Saray Márquez, exigen una reparación en la caldera, ya que la actual «es de los años 90 y presenta serias grietas». De igual forma, entres sus pretensiones también está la cobertura de un puesto de administrativo que vienen demandando desde hace cinco años, la reparación de goteras y humedades y la retirada de los techos de uralita con que se cubre alguna que otra clase.
