El instituto Tierno Galván está de enhorabuena tras después de obtener el certificado de calidad de Aenor, que acredita que el centro apuesta por la educación. El premio llega tras adaptarse a las normativas internacionales.
Después de dos años de esfuerzos para adaptarse a los procedimientos internos y externos de las normas internacionales, el instituto consigue colgar de sus paredes el emblema que prueba la calidad con la que opera.El concejal de Educación, José Manuel Campos, y el director del Tierno Galván, José Enrique Pérez, manifestaron que se trata de la implantación de un sistema de mejora continua de la calidad con evaluaciones periódicas que garantizan la corrección del mismo, y que "supone un beneficio claro para toda la población, muy especialmente para los jóvenes".
Esta certificación ISO 9001/2008, que ofrece Aenor gracias a una colaboración con la Junta de Andalucía, necesita primero de la selección por parte la Consejería de Educación y luego de un duro trabajo que precisa de la voluntariedad de los profesores, que en este caso se volcaron con el proyecto. De hecho, el personal llevaba trabajando desde el principio en el tema. En primer lugar, en la formación y, posteriormente, en la implantación de un sistema que nace del propio centro de enseñanza para mejorar los servicios destinados a los alumnos con los que cuenta.
Esta implicación en la calidad se experimenta desde las evaluaciones al tratamiento de quejas y sugerencias, e incluso en la comunicación directa no sólo con los alumnos, sino también con sus padres o tutores.
El instituto, según indicó su director, reúne cada año entre 800 y 900 alumnos a los que da clase un claustro de 78 profesores. El centro escolar ofrece educación secundaria obligatoria (ESO) y tres modalidades de bachillerato.Este centro escolar fue fundado en 1986 con la denominación de instituto de formación profesional. Posteriormente se le cambió el nombre para pasar a llamarse Tierno Galván. Con la incorporación del centro escolar a los estudios de la Logse, en 1996, se transformó en instituto de educación secundaria. Los cambios se producen con éxito gracias, según los propios gestores, a la unión de toda la comunidad: profesorado, personal de administración, padres y alumnado. El último paso en la lucha por conseguir un centro escolar cada vez mejor y más útil es la obtención del certificado.
