Tras el escándalo por las irregularidades cometidas por la ONG francesa El Arca de Zoé, una organización española es la que salta ahora a la palestra. Supuestos maltratos a menores, castigos severos, abusos sexuales e intrusismo médico son algunos de los cargos que se le imputan a Gil Lossada, el responsable del centro de acogida que Global Infantil tiene en Etiopía.
Sin embargo, uno de los casos más graves que han contado Tomàs Jover y Petra García, los dos cooperantes que han denunciado a Gil Lossada, se refiere a una menor de cuatro años afectada de sida que falleció ante la negativa del responsable a proporcionarle el tratamiento para combatir su enfermedad. También se opuso a que le trituraran comida para poder ingerir alimentos.
Tras más de diez años de experiencia, estos cooperantes no imaginaban el crudo escenario que iban a encontrar en el centro de acogida. Según su relato, a los pocos días de su llegada empezaron a ver actitudes poco correctas en el trato de los niños.
Jover y García contaron ayer su testimonio en rueda de prensa, y narraron algunas de las vejaciones a las que se veían sometidos los menores. Fuertes tirones de orejas, permanecer de rodillas sobre un suelo pedregoso más de cinco horas con frío y lluvia y transportar bloques de hormigón descalzos, son algunos de los castigos a los que supuestamente se veían sometidos los niños en acogida.
El responsable del centro, según el relato de Jover y García, también obligaba a los menores a hacer sus necesidades en una única letrina con unas condiciones higiénicas deplorables y a orinar en un cubo, pese a que disponía de unos sanitarios acabados de estrenar que no quería que utilizaran. También les constan las denuncias de algunas chicas que dijeron que había intentado abusar sexualmente de ellas.
La denuncia ha sido posible gracias a las grabaciones y a las fotografías que los cooperantes tomaron a escondidas para poderlas presentar como prueba de la pesadilla que los menores viven en ese centro de acogida.
