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El juez cree que Miguel mintió sobre la hora del crimen para exculpar a Javier

El magistrado asegura que al adelantar la hora también dio coartada a Samuel Benítez.

el 13 abr 2010 / 20:11 h.

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Javier Delgado, hermano de Miguel Carcaño, escoltado por la Policía en los juzgados.

La hora en la que se produjo el crimen de Marta del Castillo sigue siendo una de las principales incógnitas del caso, junto con la del paradero del cuerpo. El titular del Juzgado de Instrucción número 4, Francisco de Asís Molina, descarta "de raíz" la franja horaria en la que Miguel Carcaño, el asesino confeso, fija que se produjo el crimen, pues considera que el joven adelantó las horas para "exculpar" a su hermano, Javier Delgado, y a la novia de éste, María García.

En el auto dictado el lunes, con el que el juez envía el caso a juicio tras casi 15 meses de investigación, el juez sólo fija dos horas con exactitud: la llegada al piso de León XIII sobre las 20.05 horas y la salida del cadáver del piso "pasadas" las 2.00 horas del 25 de enero. Sin embargo, según el juez, "es irrelevante en la causa que ignoremos a qué hora exacta se produjo el ataque a la menor y a qué hora exacta sacaron su cuerpo del domicilio de León XIII, pues conocemos unas secuencias temporales más que suficientes para someter a juicio los hechos".

El magistrado toma como referencia para afirmar que se deshicieron del cadáver de madrugada en la propia declaración policial de Samuel Benítez quien en un principio reconoció su participación situándola "bien entrada la madrugada del día 25". Esta confesión cuadra con las declaraciones ofrecida por un vecino de Miguel, quien dijo que vio al joven manipulando una silla de ruedas pasadas la una de la madrugada, y con la de un testigo que dijo ver a dos hombres con una silla y un bulto rígido pasadas las 2.00 horas por la calle León XIII.

Miguel en cambio ha venido sosteniendo que se deshicieron sobre las 22.30 horas y que a las 22.50 horas llegó a la vivienda de Camas de su novia, menor de edad, con la que convivía desde hace algunos meses. El magistrado cree que este intento de Carcaño por encubrir a su hermano y a la novia benefició a Samuel, pues, según consta en el auto, antes de su declaración ante el juez -en la que ya negó su participación- conoció los detalles de la declaración de Miguel y El Cuco, "encontrándose con que durante las horas en que ellos situaban los hechos él se encontraba en Montequinto".

Por ello, el magistrado afirma que al joven "no le fue difícil cambiar su declaración situándose como espectador de lo acontecido cual si los horarios manejados por los coimputados fueran verdaderos o indiscutibles, lo cual debemos rechazar de plano".

El cambio de declaración de Samuel, defendiendo su inocencia, no responde a "una razón lógica y coherente", según el auto, pues según el juez "justificó el cambio en circunstancias peregrinas [amenazas y agresiones policiales] más cercanas a meras ocurrencias" y que, en realidad, respondía a la franja horaria que ofreció Miguel del crimen. A raíz de ahí, Samuel, según el instructor, hizo "inútiles sus postreros intentos de esgrimir como coartada haber estado aquella noche en compañía de amigos durante su estancia en Montequinto".

En el auto, el juez reconoce que el joven estuvo allí esa noche, pero también recuerda que las testificales de sus amigos son "ineptas", máxime cuando la situación del joven no puede ser determinada por su teléfono móvil entre las 21.24 y las 23.34 horas del 24 de enero y las 1.13 y 3.35 horas del día siguiente.

El magistrado también hace hincapié en el auto en que "las defensas han manejado a su conveniencia" los datos sobre las localizaciones de los imputados esa noche en función de las antenas por las que entraron las llamadas que recibieron a sus teléfonos móviles. En este sentido, insiste en que "estamos ante personas que manejaban varias líneas de telefonía móvil, algunas del cuales nos resultan aún hoy desconocidas" y que el día de los hechos "utilizaron teléfonos de terceros o cabinas de uso público".

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