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El juez critica a la Policía por investigar de nuevo al hermano de Carcaño

El magistrado considera que los investigadores se extralimitaron al indagar más allá del dónde podía estar el cadáver de Marta y archiva la causa al estimar que no hay pruebas de que Javier matara a la joven, como dice ahora Miguel

el 04 may 2013 / 00:27 h.

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El juez del caso Marta del Castillo cerró ayer la nueva investigación que inició la Policía cuando el condenado por el crimen acusó a su hermano de ser el verdadero asesino, al estimar que esta séptima versión de Miguel Carcaño es “inverosímil, fantasiosa”, “inconsistente, ilógica e increíble”. El auto de sobreseimiento, que zanja la imputación del hermano de Miguel, Javier Delgado, critica que la Policía haya revisado aspectos del crimen que ya han sido juzgados y sentenciados, en vez de ceñirse al cabo suelto: localizar el cadáver de Marta, que sigue sin aparecer cuatro años después. Por eso continúan abiertas otras diligencias para encontrarlo. Tras un año de visitas a la cárcel, con la mediación de sus abogadas, la Policía logró una nueva confesión de Miguel. El joven, condenado a 21 años de cárcel por matar a Marta, aseguró que fue su hermano quien lo hizo, golpeándola con una pistola, para luego enterrarla en una finca de La Rinconada. La Policía realizó varias averiguaciones y llegó a citar a Delgado, que se negó a declarar. francisco javier delgadoEl auto mantiene que “existe una clara extralimitación de la Policía” al volver a indagar sobre los movimientos de Delgado la noche del crimen, sus llamadas de teléfono, su acceso a coches para poder trasladar el cuerpo o su presencia en el piso de León XIII donde murió Marta. “La Policía cuestiona el propio trabajo de investigación que realizó durante años que fue concienzudo y minucioso”, dice el magistrado. “Y lo que es peor, haciendo valoraciones sobre credibilidad de testimonios que sólo competen a la Justicia, vuelve a la Policía a interrogar a testigos que ya declararon en sede policial”, en el juzgado y hasta en el juicio. El auto es contundente en ese sentido: “Era improcedente volver a interrogar a un penado sobre hechos por los que ya fue juzgado y sentenciado. Si de buscar el cuerpo de la víctima se trataba, lo único que debía y debe hacer el señor Carcaño es decir a la Policía cuál fue su suerte o concreta localización”, lo que tampoco ha hecho, porque su declaración “vaga e imprecisa” no permite iniciar otra búsqueda. Al contrario, el juez cree que lo que ha hecho Carcaño es repetir “la misma conducta” que le valió una condena por un delito contra la integridad moral por la “crueldad de sus cambiantes versiones sobre el paradero del cuerpo”, como lo calificó el Supremo, lo que no hace sino generar nuevas esperanzas a la familia que “según parece volverán a verse frustradas”, aumentando otra vez su sufrimiento. Consciente de que su decisión será analizada con lupa, en especial por la familia de Marta, el magistrado explica detalladamente por qué la declaración de Miguel es tan increíble. “Desde el punto de vista subjetivo la credibilidad de Miguel Carcaño es nula y no se acierta a comprender cómo la Policía” se la concede, dice el juez, que ahonda en que “quien desde una conducta de extrema crueldad ha sido capaz de mentir tantas veces”, dando distintas versiones sobre el destino del cuerpo gracias a “una mente manipuladora”, no debe ser creído tan fácilmente. El magistrado recuerda que los forenses ya advirtieron sobre la facilidad de Carcaño para inventar según le conviene. Enumera cómo cambió su confesión por completo varias veces pasando a ser asesino o cómplice sin reparo; cómo ofreció dolorosos detalles sobre la muerte de Marta que hicieron sufrir a los padres, como la descripción de sus supuestos últimos estertores; cómo implicó “a su antojo” a sus dos amigos y cómo, con “absoluta frialdad”, permitió que se buscase el cuerpo en sucesivos lugares. “Quien ha sido capaz de todo esto viene hoy a afirmar que ahora dice la verdad”, ironiza el juez, pero “no nos lleva Miguel, sin embargo al paradero del cuerpo”. Entrando en el relato, el magistrado añade motivos para no creerlo, como que no haya ningún elemento de prueba más allá de la propia confesión. El juez se extraña de que Miguel describa una pelea entre él y su hermano en la que Marta, al interceder, sufra una agresión mucho peor que el propio Miguel; o de que, después de ser golpeado por su hermano ninguno de los que vieron a Carcaño esa madrugada notara ningún golpe. El magistrado considera “disparatada” la participación del menor según esta versión, ya que Miguel asegura que, con Marta ya muerta en una habitación cercana a la puerta del piso, cuando El Cuco llamó al porterillo él mismo le abrió sin preguntar quién era y dejó la puerta entreabierta para que entrara, como podría haber hecho cualquier otro topándose con el crimen. “Increíble por absurda” le parece también la descripción del traslado del cuerpo en coche: lejos de ocultarlo en el maletero o tumbarlo, Miguel afirma que la joven viajó sentada en el asiento, con la cabeza descubierta. A esto se une la “absoluta indeterminación” del sitio donde se supone que enterraron a Marta. El juez recuerda que la Policía ya ha “agotado con resultado negativo” la búsqueda que permitían las “vagas e imprecisas” indicaciones de Miguel, y que el juzgado no ha recibido ninguna otra petición de rastreo. En todo caso, añade que la Policía puede buscar donde crea oportuno, como ha hecho hasta ahora, ya que la pieza separada sobre la búsqueda del cuerpo que sigue abierta respalda cualquier averiguación sobre su paradero. El padre de Marta, que anunció que pediría un rastreo a fondo con perros y helicópteros, criticó ayer que no le hayan dado tiempo a hacerlo “sabiendo que hemos cambiado de letrado”, ya que su abogado dejó el caso el jueves por “diferencias de criterio”. Así, es seguro que la familia recurrirá para tratar de evitar el cierre del caso.

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