Casi siete años después de los atentados del 11-S en EEUU, comienza este jueves el proceso judicial contra el presunto cerebro y cuatro colaboradores de esos ataques bajo la sospecha de la tortura y entre acusaciones de presiones políticas y protestas sobre las normas legales.
En la audiencia, fiscales y abogados presentarán formalmente los cargos contra los cinco acusados, así como las alegaciones, y el juicio en sí comenzará el 15 de septiembre, siete semanas antes de que los estadounidenses elijan al nuevo presidente del país.
La fiscalía estadounidense ha pedido la pena de muerte para los cinco acusados.
Los familiares de las 2.973 personas que murieron en los aviones esperan justicia, pero no podrán mirar a la cara personalmente al hombre acusado de poner en marcha la masacre, Jalid Sheij Mohamed, porque será juzgado en la base de Guantánamo ante un tribunal militar especial que está envuelto en la controversia ya que permitirá presentar confesiones obtenidas bajo tortura.
