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El juicio se estanca en el dolor

Los testimonios escuchados hasta el momento sobre la desaparición de Marta del Castillo aportan más emotividad que pruebas.

el 29 ene 2011 / 20:50 h.

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La primera semana del juicio contra el menor implicado en la muerte de Marta del Castillo parece haber servido para despertar el dolor de la familia, en la medida en que hubieran logrado aletargarlo, pero sin aportar de momento pruebas contundentes sobre el papel del Cuco en el crimen. Incluido el dato más ansiado por los padres: el paradero del cadáver de la joven, fallecida a los 17 años hace ahora justo dos años. El cuerpo nunca ha sido encontrado, por lo que su familia ni siquiera ha podido enterrarla.

Esta primera semana se ha centrado en testimonios muy emotivos para los padres, que han tenido que ver desfilar por la Audiencia a aquellos que fueron amigos de su hija, formaron parte de su pandilla, estuvieron con ella en el barrio y en su casa, y ahora están acusados de haberla matado en truculentas circunstancias, violación incluida.Sin embargo, poco se ha delimitado aún sobre la participación del Cuco en el crimen. En su testimonio, él lo ha negado todo. En sus primeras declaraciones confesó haber ayudado a deshacerse del cuerpo, y luego se retractó y aseveró que esa noche no estuvo en el piso donde Marta murió. Alegó presiones policiales para que confesara, pero en el juicio su abogado no ha preguntado a los investigadores sobre esas supuestas presiones.

La Policía sí ha hecho al juez un resumen del caso, en el que advierte de las contradicciones existentes en la historia del menor y los agujeros de una coartada que tiene al menos tres horas en las que El Cuco no puede justificar dónde estuvo. Pero todo tiene que ratificarse preguntando a los amigos del Cuco, cuando acudan a testificar, si estuvieron o no con él cuando él dice. Los agentes también han revelado que El Cuco se derrumbó y dijo haber visto a Marta ensangrentada, pero el menor nunca formalizó esa declaración.

Quien no aportó dato alguno fue Miguel Carcaño, a pesar de que su testimonio era el más esperado, porque fue quien acusó al Cuco: primero lo señaló como encubridor y luego como autor. Carcaño, que admitió a la Policía haber matado a Marta, dijo que el menor lo ayudó a tirar el cuerpo al río. Luego rectificó para atribuirle un papel principal: dijo que fue él quien mató a Marta después de violarla. Por último, volvió a su versión inicial y dijo que sólo lo ayudó a ocultar el cuerpo.

Si Miguel hubiera declarado en el juicio, su testimonio habría servido para inculpar o exculpar al chico. Pero, alegando que podría perjudicarle cuando él mismo sea juzgado, no dijo nada. Con la lectura en la sala de vistas de sus cuatro sucesivas declaraciones, quedó en el limbo cuál de ellas es más cierta –aunque investigadores y jueces suelen dar más credibilidad a los testimonios iniciales por ser los más espontáneos–. Los otros cuatro acusados del crimen, que acudían también como testigos, se negaron igualmente a declarar aferrándose también a que podría perjudicarles más adelante. Entre ellos Samuel, que la Policía cree que llegó con El Cuco para ayudar a Miguel a deshacerse del cuerpo de Marta, y a quien El Cuco llamó esa noche desde una cabina a una hora en la que la joven ya debía de estar muerta.

Quienes sí han declarado son los padres y el tío de Marta, pero su testimonio sólo ha podido detallar cuándo vieron a Marta por última vez, ya que esa noche ninguno tuvo contacto con El Cuco. Exactamente igual que la familia del acusado. Y muy similar al testimonio de la familia Camas con la que vivía Miguel, a la que el tribunal ha preguntado sobre cómo, a qué hora y por qué ventanuco salió de la casa Carcaño, lo que podría servir para concretar a qué hora se produjo el crimen y el traslado del cuerpo, pero que tampoco señala directamente al Cuco, ni lo descarta.

Los testimonios esenciales para ello tendrán que esperar a la próxima semana: el lunes declaran otros ocho agentes, cuatro de ellos de la Policía Científica, que deberán enmarcar en su contexto las pruebas de ADN recogidas en el cuarto donde murió Marta: la Policía habla de sangre de la joven mezclada con muestras genéticas del Cuco, y los expertos deberán explicar hasta qué punto las distintas muestras de ADN lo incriminan, según dónde fueron encontradas o con qué estaban mezcladas.

Seguramente será a partir del miércoles 2 de febrero cuando se empiece a analizar con detalle si El Cuco tiene o no coartada para la noche del crimen. Ese día declara la pandilla de Marta, amigos también del Cuco, que tendrán que decir si hablaron con él la noche de la desaparición para pedirle que los ayudara a buscarla, ya que muchos se movilizaron al ver que la chica no aparecía. Y el viernes 4 están citados los compañeros de clase con quienes El Cuco dice que estuvo de botellona. Con todo ello, será la Justicia la que deba determinar qué papel tuvo El Cuco en esta historia.

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