Después de unos días interminables, ¡por fin a recuperarme a casa!. Así anunciaba El Juli, vía Twitter, su alta definitiva en la clínica Quirón de Zaragoza en la que ha estado ingresado casi una semana después de ser intervenido por el doctor Val-Carreres para drenar una tercera cavidad residual que le producía malestar y picos de fiebre.
Esa tercera operación no ha estado exenta de polémica y sucedía a la intervención de urgencia en la enfermería de la plaza de la Maestranza después del percance del pasado 19 de abril y a un segundo ingreso en el quirófano en la noche del día siguiente para afrontar un inesperado sangrado muscular. Los partes emitidos en esos días por la clínica Quirón-Sagrado Corazón de Sevilla firmados por el cirujano Octavio Mulet- hablaban de una evolución positiva del estado del torero herido aunque advertían de un estado febril que no se lograba remitir. Un último parte señalaba que el diestro había pedido y obtenido el alta voluntaria para continuar con el tratamiento prescrito en su domicilio de Madrid.
Pero El Juli tomó rumbo a Zaragoza para ponerse en manos del cirujano Carlos Val-Carreres, que volvió a intervenirle emitiendo un parte en el que, de alguna manera, descargaba de cualquier responsabilidad a su colega Octavio Mulet: Tanto los vasos femorales como las amplias lesiones musculares que sufrió la pasada semana están en buen estado. Val-Carreres volvería a intentar quitar leña del fuego en unas declaraciones posteriores en las que aseguró que los tiempos son los tiempos y la actuación en Sevilla ha sido en todo momento correcta; una hemorragia postoperatoria está dentro de este tipo de lesiones tan graves. El prestigioso facultativo maño remachó el clavo afirmando que los toreros están en buenas manos con el doctor Mulet.
El propio jefe de la enfermería de la plaza de la Real Maestranza ya había tenido que salir a la palestra en medio de la tormenta mediática desatada publicando un documento en el que afirmaba que la cavidad que se drenó en Zaragoza es una circunstancia común en lesiones de esta envergadura en las que puede ser necesario adoptar actuaciones complementarias en cada momento.
El Juli resultó cogido por el primer toro de la corrida del pasado 19 de abril, un ejemplar manso y reservón marcado con el hierro de Toros de Cortés que le propinó un cornada seca en el muslo derecho que le produjo severos destrozos musculares y dañó la vena femoral. El percance, que fue calificado como grave, le impidió cumplir su tercer compromiso en la Feria de Abril, anunciado con la ganadería de Miura.
