Cultura

El lado erótico de Manuel Melado

El conocido peluquero y speaker del Real Betis, entre otras ocupaciones, presenta una novela que "supera los 40 grados": Mi amor en casa.

el 13 dic 2009 / 20:28 h.

Manuel Melado, entre la barbería y la literatura.

Mi amor en casa es la nueva obra de Manuel Melado. Incombustible compositor, peluquero, speaker y escritor, debuta ahora con este título en el género erótico.

"Mi libro trata de una familia de la alta burguesía catalana. La madre tiene profundas creencias religiosas; el hijo le hace un chantaje emocional a su madre porque, cuando llega a la pubertad, la admiración que siente por ella es ya una atracción física. Y, a raíz de ese shock tan emocional, empieza la historia". Con estas palabras explica Manuel Melado el intríngulis de su novela poco antes de abrir su peluquería de la calle Amor de Dios.

La elección del género erótico se debe a que, según cuenta, "en los libros eróticos casi siempre hay un sí pero no. Cuando los personajes llegan a la puerta del dormitorio, ahí se queda el relato. Entonces, el lector tiene ya que suponer o imaginarse lo que pasa". "Vamos, que todos los libros que he leído de esta temática se han quedado en los 25 grados, pero el mío sobrepasa los 40, se derrite el mercurio...", dice entre risas.

Con Mi amor en casa, la editorial Jirones de azul inaugura una nueva colección erótica que no por menos ha titulado 40 grados. La obra de Melado presenta un lenguaje muy explícito, sin cabida para los eufemismos.

El escritor, conocido speaker del Betis y muchas más cosas, no se ha cortado a la hora de utilizar las palabras que considera más cercanas a las situaciones reales: "Cuando se busca la lectura erótica no se esperan ni la sugerencia, ni la metáfora, ni el análisis en términos científicos. Claro, si te lías a hablar de pene o de vagina o de semen, se está diciendo de una forma fría o científica, cosa que no tiene cabida dentro de este género". Además, señala que ésta "no es la forma de expresión cuando se está con una pareja".

Aun así, Melado aclara que su intención no ha sido la de escandalizar: "La historia está planteada con mucha discreción y elegancia, lo que pasa es que después los personajes, en la intimidad, dan rienda suelta a sus deseos". En esta idea profundiza el autor para matizar que ha habido pasajes del libro en los que, más que él, han sido los personajes quienes han tomado las riendas del relato.

A pesar de los reparos que podría tener por el sempiterno qué dirán, Melado se muestra convencido de su proyecto: "Si escribo una novela de guerra en la que hay numerosísimos muertos, no es que sea un sádico ni un asesino. Si escribo, por ejemplo, de hijos que maltratan a los padres e inclusive los matan, no pasa nada. Pero parece que si se escribe de sexo, que de ahí venimos todos y es lo más normal que hay, resulta que la gente tiende a escandalizarse...", resopla.

Y apostilla que si bien el relato "supera los 40 grados", en ningún momento se ha conformado con buscar simplemente el morbo: "Si lo hay es porque en el momento en que existe relación sexual entre personas, cada uno tiene sus preferencias y sus apetencias", aclara un Manuel Melado que durante la charla no para de poner matices y paños calientes a su libro, como si sintiera la necesidad de tener que justificarse más de la cuenta.

Eso sí, a la par que se defiende, saca pecho porque opina que la suya no es una novela erótica al uso porque, como dice, él sí se introduce en la habitación, cosa que no hacen otros autores. "Creo que ésta quedará como una novela especial dentro del género".

Baste de cuanto aduce un botón como muestra: "No te preocupes, cariño. Métemelo en la boca despacito y chúpalo con suavidad. Luego, cuando yo te diga, lo haces más rápido y te lo metes hasta dentro, que te llegue hasta la campanilla(...)". Pues lo expuesto: una obra sin tapujos a la que sólo cabe acercarse con las convenciones sociales olvidadas.

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