Era un delincuente peligroso, que contaba con numerosas armas y munición en su casa. Sin embargo, hace cuatro meses un juez dejó libre al atracador que el viernes moría en un robo a un supermercado de Nervión, pese a que en su casa se le encontró casi un arsenal. La policía aún no ha detenido al que huyó.
Resulta difícil de comprender cómo un delincuente al que se le localiza en su vivienda numerosas armas y municiones pueda estar en libertad, tras ser detenido por la Policía Nacional como autor de un delito de robo con fuerza. Eso es lo que ocurrió con el atracador que el viernes falleció en el supermercado Bon-Sabor, próximo a Eduardo Dato y la Gran Plaza, cuando intentaba robar junto con otro compañero, que logró huir, hasta que fueron reducidos por el comisario del Distrito Sur, Jesús Gómez Palacios.
Bernardo M.S., nacido en Barcelona, de 36 años y vecino del Polígono San Pablo, había sido detenido cuatro meses antes por la Policía Nacional por un robo con fuerza. Tras lograr la pertinente orden judicial, los agentes registraron las viviendas del delincuente, encontrando en una de ellas casi un arsenal, compuesto por gran cantidad de munición y de armas. Más de 600 cartuchos de distinto calibre y de parabellum, el mismo tipo de arma que fue usada el viernes para el atraco, además de 28 cajas de cartuchos de caza, de 25 unidades cada una, cinco machetes de monte, una pistola, un rifle y seis escopetas, más otras tantas de aire comprimido. Al día siguiente, el 28 de junio, fue puesto a disposición judicial como autor de un delito de robo con fuerza y tenencia ilícita de armas. Sin embargo, tras prestar declaración ante el juez fue puesto en libertad.
El viernes, cuatro meses después de estar en manos de la Justicia, irrumpe en un supermercado junto con otra persona, que aún no ha sido detenida, con sendas pistolas y ocultando sus caras con cascos de motos, pasamontañas y gafas de sol. Los dos amenazaron a los clientes esgrimiendo las pistolas y exigiendo a las cajeras que les diera la recaudación, sin saber que uno de las personas que estaba comprando era el comisario que se enfrento a ellos, resultando herido de bala. Ayer, en el local, cerrado, aún estaban las estanterías caídas y muchos objetos por el suelo y en la calle los restos de haber atendido al policía.
En el interior los especialistas de balística recaban datos para confirmar cómo ocurrieron los hechos. A falta de su informe y según fuentes policiales, fue el policía el que disparó al atracador para repeler el ataque de éste, que le disparó un tiro en el abdomen, que entró por el costado, por debajo del bazo, y le salió por el ombligo. Al ver la escena el otro ladrón huyó a pie, dejando la moto, que puede ser robada, en marcha en la puerta del local.
Según testigos presenciales, el ladrón recibió dos impacto, uno en el costado y otro en la zona del corazón, que le causó la muerte en el momento. Aunque todo está en el aire, se sabe que el que logró huir se llevó dinero, pero en el supermercado no podían aún precisar la cantidad. La Policía trabaja aún en su identificación para detenerlo.
