Vienen de las aldeas más remotas, todas dejan atrás a algún hijo, y, aunque temen al frío, no tienen miedo de abandonar sus casas y viajar a Huelva, donde 14.853 temporeras marroquíes ayudarán este año a recoger la fresa.
El número de mujeres marroquíes que participarán en la campaña, de las cuales 9.095 lo harán por primera vez, es superior a las 13.600 de la pasada y no deja de crecer desde las 760 que se contrataron en 2004.
En Mohamedía, una ciudad dormitorio de Casablanca, cientos de mujeres se agolpan esta semana en la Casa de la Juventud, con la esperanza de ser una de las elegidas para recoger la fresa a partir de febrero.
Engalanadas con sus mejores túnicas esperan en el patio a que un representante de la agencia marroquí de empleo (Anapec) diga su nombre. Si pasan la primera criba de Anapec, la mayoría son contratadas, pero cada año los criterios selectivos son más rígidos. Para que no se queden en España, se buscan mujeres con hijos, sin familia en el país y de medios rurales.
