Economía

El largo viaje del flamenco hasta China

Profesores para ‘workshops’, venta de material especializado y la contratación de profesionales para espectáculos, nichos de negocio con más potencial. Extenda ofrece las claves para las empresas vinculadas a este sector.

el 09 mar 2014 / 22:00 h.

15568176 China es, para el mercado del flamenco, un terreno por abonar, aún inmaduro y con potencial de crecimiento. Muy distinto de Japón, donde la pasión por la más universal de las señas de identidad nacionales cuenta con mayor arraigo. Consciente de ello, y en aras de ofrecer una herramienta de consulta para las empresas que deseen explorar oportunidades comerciales en aquel destino, Extenda ha elaborado un documento en el que aporta posibles nichos de negocio y apunta también las dificultades que el gigante asiático presenta para las firmas andaluzas vinculadas a este sector: diseñadores de moda y complementos, fabricantes de instrumentos, artistas, promotores y profesionales de la enseñanza. Las oportunidades comerciales se centran, por un lado, en la necesidad detectada de profesores para workshops o talleres de flamenco en las academias, pero también existe una demanda sin cubrir en la compra de material y equipamiento, sobre todo, de calzado de flamenco importado. Hay academias «interesadas en hacer pequeñas importaciones para poder distribuir ellas mismas estos productos entre los alumnos». Aquí el principal handicap deviene del precio, que aún es un factor determinante, aunque sí que «existe una buena imagen del producto español entre alumnos y profesores, que pueden ejercer una labor de prescripción», explica David Fernández, técnico de Comercio Internacional de la oficina de Extenda en Shanghai y autor del informe. Por otro lado, abunda, está creciendo la contratación de profesionales para espectáculos de flamenco (en 2013 se alcanzó un récord con 64 actuaciones). «En China hay una gran cultura del cante y del baile. Es fácil ver a gente ocupar parte de su tiempo de ocio cantando con karaoke o bailando en parques y avenidas», resume Zhao Zhen, bailaora y profesora china. Sin embargo, no fue hasta 2005 cuando abrió sus puertas la primera academia en Shanghai, Flamenco Fever. Actualmente hay 18 centros especializados. En 2012 el número de estudiantes matriculados en China continental alcanzaba los 810 –unos 1.100 incluyendo a aquellos cursando en Hong Kong–. El profesorado y los propietarios son mayoritariamente chinos, que aseguran haberse formado en Sevilla y Madrid, aunque ya hay alguna aventura de españoles. La primera, Portacones, creada en diciembre de 2012 y dirigida por Yolanda Santiago y Javier Meilán. «La única fórmula flamenca que funciona en taquilla es llevar Carmen», indica este último, que apostilla que «esta obra teatral de Bizet recoge todos los tópicos de la cultura española por lo que es un producto atractivo que da mucho juego en taquilla teniendo en cuenta que los chinos no son entendidos en flamenco», explica este bailaor y profesor en Beijing. Pero son muchos los problemas para vender en un mercado tan especializado y minorista. «Son pocos quienes hacen la compra on line a un vendedor radicado en España. Problemas en las entregas, costes de logística e importación y el retardo en la recepción son algunas de las barreras con las que cuenta esta forma de compra», especifica Fernández. Un escollo más insalvable es el del precio. 50 euros en el caso de unos zapatos de baile fabricados en China, 237 euros si llevan firma española. Los costes del transporte, la importación, la imagen de marca y la calidad determinan la diferencia. Menkes, Senovilla y Gallardo son las nacionales más presentes. Sin embargo, el mercado de la guitarra en China tiene mayor penetración de marcas extranjeras que el calzado de baile y la ropa. El precio chino ronda los 51 euros, mientras que una guitarra clásica española puede alcanzar los 3.300 euros, si bien la media ronda los 1.000. Los dos núcleos de fabricación artesanal están en Granada y Madrid y la producción en serie, en el Levante.

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