Cultura

El Lope de Vega clama por una rehabilitación

La última reforma se acometió hace 26 años, cuando el Estado devolvió el teatro.

el 01 oct 2011 / 20:06 h.

La facha del teatro Lope de Vega está llena de pintadas.

El Teatro Lope de Vega es una de las joyas patrimoniales de la ciudad de Sevilla. Construido a la italiana para la muestra iberoamericana de 1929 -junto al Casino de la Exposición-, este conjunto ha pasado por diferentes fases a lo largo de su historia. Desde el esplendor más absoluto de su fundación, pasando por el letargo cultural de la posguerra española o las inundaciones del Tamarguillo de 1961, que afectaron a su estructura profundamente.

Sin embargo, el Lope de Vega siempre renacía de sus cenizas y era recuperado, ya fuera por el Ministerio de Cultura -cuando tomó en 1977 su titularidad y lo convirtió en el Teatro Nacional Lope de Vega-, bien por el Consistorio , cuando en 1985 recuperó su propiedad. Fue en aquel año cuando se acometió su última y más importante reforma, que dirigió el arquitecto Víctor Pérez Escolano. Las obras duraron dos años y devolvieron al edificio sus características originales, aunque reduciendo el número de espectadores, que pasó de más de 1.000 a 749.

Desde entonces, el Lope de Vega y el Casino han sido sometidos a puntuales lavados de cara que no han conseguido frenar un imparable deterioro que en la actualidad se hace más que escandaloso.

Un simple paseo por los alrededores de este conjunto arquitectónico da idea de la desidia con la que ha sido tratado este espacio en los últimos tiempos. Sus paramentos, al margen de pedir a gritos una buena mano de pintura, presentan desconchados y desperfectos varios, el mal estado de la solería llega a dificultar en ocasiones el paso, hay piezas de mármol desaparecidas de las escalinatas, grafitis en sus paredes, suciedad por todas partes y un vergonzoso largo etcétera que haría que el arquitecto que lo levantó en los años veinte, Vicente Traver y Tomás, se llevara las manos a la cabeza.

El problema no sólo lo presenta el mal estado del edificio, sino el uso que se le da a sus alrededores, empleados como aparcamientos masivos, incluso llegando los vehículos a ocupar las aceras y los jardines aledaños.

Todo esto sin tener en cuenta que los fines de semana esta zona recibe a cientos de jóvenes que, botellón en mano, no dudan a la hora de hacer sus necesidades a pocos metros del teatro.

Aunque el estado del interior del Lope de Vega es mucho mejor, también se ve afectado por el deterioro del exterior.De hecho, sin ir más lejos, en la sala de prensa -a la que acuden medios de comunicación, compañías y actores de todo el país- hay una ventana que lleva años descolgada y amenazando con dar un susto el día menos pensado. El director del teatro, Juan Víctor Rodríguez Yagüe, es consciente de esta situación."El interior del edificio está bastante bien después de las últimas obras que se le hicieron. Pero el exterior necesita una rehabilitación integral".

A su juicio, en los próximos años se debería acometer una "completa remodelación" de la zona y del inmueble, algo que ya ha trasladado a la delegada municipal de Cultura, María del Mar Sánchez Estrella (PP).

"La delegada ha visto que hay que hacer obras en el teatro y me ha trasladado que lo va a plantear al Ayuntamiento", explica el director, que sin embargo es consciente de que la situación económica no es la más favorable para acometerla. Prueba de ello es la cúpula del Casino de la Exposición, que el anterior equipo municipal del PSOE e IU dejó a medio restaurar -literalmente-, regalando un lamentable aspecto del edificio.

La delegada de Cultura comentó recientemente a este periódico que se estaba buscando una solución a este asunto, para poder rematar la recuperación de la cúpula, si bien de momento tendrá que esperar.

Y aunque los tiempos que corren son malos para grandes inversiones, en el horizonte se presenta una ocasión que podría ser aprovechada para acometer de una vez por todas la gran reforma que pide esta zona.

Durante este mandato, en 2014, el Lope y el Casino cumplirán 85 años de vida, una efemérides digna de ser celebrada como no pudo hacerse en 2004, cuando el teatro cumplió su 75 aniversario.

La inversión necesaria de esta empresa está por calcular, aunque nunca superará lo que costó levantar el teatro sevillano en 1927: 7.212 euros -1.200.000 pesetas-, un verdadero capital en aquellos tiempos y, sin lugar a dudas, una inversión más que amortizada.

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