Cultura

El Lope tiende la mano a la comedia ligera

El director del Teatro Lope de Vega, Antonio Álamo, parecía dispuesto a barrer la idea de que en el coliseo que dirige sólo se programan obras de alta carga reflexiva. "Me alegro de que haya dramaturgos españoles que apunten hacia la comedia, y que lo hagan bien, como es el caso". (Foto: Antonio Acedo).

el 15 sep 2009 / 02:17 h.

El director del Teatro Lope de Vega, Antonio Álamo, parecía dispuesto a barrer la idea de que en el coliseo que dirige sólo se programan obras de alta carga reflexiva. "Me alegro de que haya dramaturgos españoles que apunten hacia la comedia, y que lo hagan bien, como es el caso", dijo en la presentación de El día del padre, obra que subirá a escena esta noche y que permanecerá en cartelera hasta el sábado.

La producción, una iniciativa privada avalada por un centenar de representaciones y un mes de éxito en el madrileño Teatro Maravillas, "se enmarca en la tradición del teatro disparatado, de carcajada limpia en el patio de butacas, ése que tan bien practicaron autores como Jardiel Poncela o Miguel Mihura", dijo Álamo.

En El día del padre tres hombres de diferente edad y condición se encuentran en una clínica de reproducción asistida para someterse a una prueba de paternidad. Pronto conocerán que todos ellos han mantenido una relación con la misma mujer. Uno de sus protagonistas, Aitor Mazo, tildó de "vodevil" el espíritu de una obra que "a pesar de hablar tanto de semen es bastante fina". "Y es que en realidad, sin tener ninguna gran pretensión, el fondo del asunto es sacar a la luz la necesidad de ser padres que también tenemos los hombres", aseguró.

Traducida al italiano y al portugués, El día del padre se estrenará pronto en varios escenarios de Latinoamérica. "La historia ha nacido con estrella", añadió el televisivo Javier Martín, quien debuta sobre las tablas tras su conocida faceta de entrevistador en el programa Caiga quien caiga.

Junto a ellos, el sevillano Vicente Romero (Padre Coraje, La noche de los girasoles) también se ha apuntado a esta "función ligera, que llega muy fácilmente pero que no tiene nada que ver con la televisión".

"La obra está hecha despacito, para que todo funcione, y es que aunque parezca que todo es muy simple, detrás de ella hay mucha carpintería teatral", terminó diciendo la coautora del texto, Ana Graciani.

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