Un Málaga con tres victorias encadenadas visita al Sevilla en un duelo marcado por la gran rivalidad entre ambos equipos andaluces. Los jugadores de Antonio Tapia lucharán por seguir arañando puntos en el inicio de temporada y alcanzar el objetivo marcado, la permanencia en Primera.
El Málaga Club de Fútbol vuelve a Primera con el reto de la permanencia en mente, pero en este principio de temporada ha conseguido mejores resultados de los esperados y, con diez puntos y tres victorias consecutivas, está al borde de los puestos UEFA.
El técnico Antonio Tapia sabe que los siguientes encuentros son los más difíciles. Barcelona, Real Madrid y Villarreal están en el horizonte y esta semana toca uno de los históricos rivales malaguistas, el Sevilla. Es decir, el equipo boquerón tiene que aprovechar todas las oportunidades posibles de sumar puntos y aumentar su colchón de salvación respecto a otros aspirantes a la permanencia. Porque con ese objetivo se ha planificado la temporada, que ha contado con una política económica y de fichajes bastante restrictiva. De hecho, los refuerzos del conjunto de la Costa del Sol han llegado con la carta de libertad, a cambio de cantidades un tanto bajas para el mundo del fútbol (Fernando, Miguel Ángel) o cedidos (Duda, Lolo).
A priori, los sevillistas tienen un equipo más competitivo, pero las estadísticas están del lado del Málaga, ya que desde su refundación en 1994 como Málaga CF, de los doce encuentros disputados entre ambos clubes en Primera división, los malacitanos han ganado en siete ocasiones, tres de ellas en terreno sevillista, donde sólo han sido derrotados una vez (3-1), en la temporada 2005/06, en el único encuentro en el que el Sevilla marcó en casa a los boquerones.
Ante las ausencias de los cedidos por el Sevilla Duda y Lolo, las mayores bazas ofensivas del Málaga serán el delantero Baha y Eliseu. Especialmente peligroso y en buena forma está el luso, que ya despuntó con la selección portuguesa sub 21. El equipo de Tapia, además, tras un inicio de Liga bastante dubitativo, ha logrado alcanzar el equilibrio. Las directrices están claras, intentar dotar al equipo de agresividad -con un doble pivote bastante defensivo- y de presión, buscar los rápidos contragolpes e intentar aprovechar las jugadas a balón parado, aunque sin Duda esta faceta pierde fuerza. En resumen, un equipo que conoce sus limitaciones y no se extralimita.
