Año bisiesto, año siniestro. Ateniéndonos al refranero hubiera sido imposible imaginar un año tan preñado de éxitos deportivos como este 2008 que se nos va y pasará a los anales como el mejor de la historia del deporte español... hasta la fecha. Uno, que ya lleva cerca de tres décadas en la profesión de periodista deportivo, nunca tuvo la ocasión de contabilizar tantos éxitos de nuestros representantes en tan variadas disciplinas como en este 2008 que ha quedado para enmarcar.
Empezando por la Eurocopa de fútbol, que para algo es el deporte rey en nuestro país y al fin nos dio una satisfacción durante tantos años anhelada. El triunfo de los chicos de Luis Aragonés en Austria y Suiza vino acompañado, además, de un juego espectacular, un estilo propio que ha causado admiración en el resto del mundo y nos ha permitido a todos (profesionales y aficionados) quitarnos ese estigma de perdedores que nos acompañaba desde tiempo inmemorial y que gracias a los Casillas, Xavi, Torres, Villa y compañía hemos podido enterrar, quien sabe si para los restos.
El número uno de Rafa Nadal, en especial su memorable victoria en Wimbledon ante Federer; el éxito en la final de la Copa Davis ante Argentina, precisamente sin Rafa, nuestro mejor hombre. El poquer de triunfos del ciclismo español: Giro, Tour, Vuelta y oro olímpico. La plata con sabor a oro que nos dejaron los Gasol, Calderón, Navarro, Rudy, Ricky y toda la panda en la final de Pekín ante el II Dream Team verdadero. Las exhibiciones de Fernando Alonso en el tramo final de una complicadísima temporada. En fin, un año plagado de éxitos que será difícil de olvidar.
