Aunque casi todas las opciones de alcanzar la Champions quedaron sepultadas en Getafe, el partido ante el Villarreal no dejaba de ser clave para acercarse al objetivo de jugar en Europa la próxima campaña. Ante ello, Manzano se dejó de probaturas y de nuevo sacó a dos puntas de inicio. Rodri volvió a ocupar el lugar de Kanouté junto a Negredo. En las bandas formaron Perotti y Capel, este último de nuevo en la derecha, donde baja muchísimos enteros pese a que ayer firmó una actuación decente. La baja de Medel fue cubierta por un guadianesco Zokora, que en ocasiones estuvo enorme y en otras en su línea de la actual temporada. Pese a los rumores de la última semana, finalmente Fazio volvió a formar la pareja de centrales junto a Escudé.
Los goles tempraneros de Rakitic y Negredo le dieron cierta tranquilidad en la primera mitad, pero tras el descanso el Villarreal salió a morder y el Sevilla se vio envuelto en uno de esos partidos locos que acaba llevándose a la saca. Antes de la hora de partido, Manzano renunció a los dos delanteros e introdujo a Romaric. Más tarde entró Renato y el Sevilla puso en liza a cuatro mediocentros a la vez. Romaric se escoró a la derecha y Renato se puso detrás de Negredo, dejando a Rakitic algo más retrasado, donde mejor le va al croata.
