De un mes de duración a escasas dos semanas. El Mes de Danza, aunque mantendrá su nombre en suXXI edición, cambia de formato este año y se condensa en tan sólo 11 días, en concreto del 30 de octubre al 9 de noviembre. El motivo, en esta ocasión, no tiene nada que ver con los recortes presupuestarios. De hecho, esta muestra coreográfica, con dos décadas de historia, espera mantener este año los mismos apoyos económicos de las administraciones que en 2013. «Lo que nos ha hecho tomar esta decisión es precisamente dar más visibilidad a los creadores sevillanos y andaluces. No existe una plataforma nacional ni autonómica para los coreógrafos. Nuestra idea es concentrar todos los esfuerzos en traer aquí programadores españoles e internacionales para que puedan comprobar el nivel de la danza que se hace aquí», resumía ayer a ElCorreo la directora de esta cita, María González. «Por eso necesitamos concentrar los espectáculos, porque estos profesionales, que se dedican a fichar artistas y propuestas, no acuden a una muestra de este tipo más de dos o cuatro días, es impensable tenerlos aquí durante semanas», añadió. El nuevo calendario del certamen propiciará que cada jornada se desarrollen hasta tres actuaciones, en lugar de una al día como hasta ahora, aunque ninguna de ellas se pisará. «Tras 20 años de vida, queremos hacer una reflexión sobre en qué punto estamos, cómo está el contexto, el sector profesional y llegar a una conclusión. El Mes de Danza tiene un público que hay que cuidar y diversificar. Pero ahora la prioridad es darle visibilidad a los creadores, sobre todo a los andaluces», destacó la directora. Con el objetivo de incrementar los nuevos espectadores, además de los montajes en salas privadas cuya programación se presentará en unas semanas, se reforzará el ciclo de danza en espacios singulares de la ciudad, que durará tres días, y ofrecerá espectáculos gratuitos en lugares poco habituales para la cultura, como plazas y parques. El festival asumirá además como novedad un mayor compromiso con la creación a través de la participación directa en dos coproducciones: el proyecto El Desenterrador, de la compañía catalana Societat Dr. Alonso, que, además, tendrá un periodo de residencia artística en Sevilla, y el espectáculo de inauguración Welcome to the Montgomery Experience, ideado por el músico Miguel Marín con la complicidad de las coreógrafas Teresa Navarrete y María M. Cabeza de Vaca. Con esta doble participación, el festival refuerza una línea de trabajo esencial en su filosofía y que hasta ahora se había visto reflejada en programas como Creaciones en Proceso, que también se mantiene esta edición. El lema de la edición 2014 será Trashumancia, una reivindicación del carácter nómada del creador, que se desplaza allí donde se dan las circunstancias adecuadas para su desarrollo artístico. Según María González, «esta característica, que forma parte de su identidad, entra muchas veces en contradicción con las normas que rigen las administraciones públicas de nuestro país, que quizás deberían repensar el modelo para un apoyo real en relación a la naturaleza del creador coreográfico». Esta idea se ha plasmado, además, en la imagen de esta edición, a cargo del artista plástico Manuel Antonio Domínguez y que tiene como protagonista a Roberto Martínez, creador riojano afincado en Sevilla que actualmente es intérprete en la compañía francesa Association Fragile de Christian Rizzo. Se mantiene así el interés del festival por afianzar su imagen corporativa como un elemento más de investigación y de desarrollo artístico, con carteles que refuerzan la línea temática de cada edición y que entran en consonancia con la línea contemporánea del Mes de Danza.