Desde el inicio de 2010, la Junta planteó claramente su postura: si había acuerdo político, las obras de las líneas 2, 3 y 4 se podrían iniciar antes de fin de año, si las posturas se enconaban, los plazos se retrasarían y no se podría contar con el suburbano para las elecciones. Las negociaciones encaran ahora su recta final, y ésta se produce precisamente en un momento de vacío en Plaza Nueva. Ayer, fueron el delegado de Presidencia y Urbanismo, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, y el delegado de Movilidad, Francisco Fernández, quienes se desplazaron a la cita con el director de Ferrocarriles de la Junta de Andalucía, José Luis Nores. Un encuentro de “carácter político”, según fuentes municipales, que se produce un día antes de que el Parlamento debata una Proposición no de Ley del PP para impulsar la construcción de las líneas 2, 3 y 4 del suburbano de forma simultánea y dos días antes de que este mismo debate llegue al Ayuntamiento de Sevilla.
La propia consejera de Obras Públicas ya anunció en su última comparecencia en el Parlamento andaluz que el diseño de las líneas 2, 3 y 4 ya estaba cerrado, aunque en los trazados se planteaban distintas alternativas. De hecho, la consejera ya ha solicitado una comparecencia ante la Cámara autonómica para dar a conocer los detalles del trazado y sobre todo los plazos de un proyecto cuyas obras deben arrancar antes de que concluya el año.
La Junta de Andalucía y el Ayuntamiento difieren en los planteamientos sobre el trazado. Mientras que la Consejería de Obras Públicas defiende que la línea 3 debe tener tramos en superficie especialmente a partir de La Palmera para aliviar su coste y facilitar su construcción; el Ayuntamiento quiere que todo el recorrido en el tramo urbano vaya bajo tierra. El acuerdo político, como ya expresó el portavoz socialista, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, es posible, aunque técnicamente el Ayuntamiento se aferra a los efectos sobre el tráfico y el entorno urbano de un trazado en superficie por una de las vías más transitadas de la ciudad. El otro extremo que debe resolverse es el que afecta al recorrido por el Centro. El Ayuntamiento reclama al menos una gran parada que sirva para atraer a los ciudadanos de los barrios, aunque la Junta de Andalucía ya ha detectado numerosas dificultades para entrar bajo tierra en el Casco histórico. Sobre la mesa está la opción de una colaboración para ampliar la red de Metrocentro, y que esta comunique Santa Justa con la plaza de la Encarnación.
La postura municipal, no obstante, se ve debilitada por su propia crisis institucional. El alcalde sigue inmerso en un periodo de incertidumbre sobre su futuro ante la falta de acuerdo con el PSOE sobre su salida, y ninguno de los dos relevos que están encima de la mesa tienen opciones de negociar, al menos de momento. Por un lado, Rosamar Prieto-Castro, como alcaldesa, en caso de una renuncia prematura por parte de Monteseirín; y por otro el consejero de Vivienda, Juan Espadas, fuera del Gobierno municipal.
El PP ha aprovechado este vacío para forzar el debate, y de ahí la proposición no de ley que mañana tendrá que afrontar el grupo parlamentario socialista.
