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El Metro no es la panacea

Expertos en movilidad y colectivos ciudadanos reivindican la necesidad de la interconexión entre transportes públicos y quitar espacio a los coches en vez de abrir aparcamientos.

el 27 mar 2014 / 20:59 h.

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Sevilla 27 03 2014: Mesa de debates de las jornadas de movilidadFOTDesde los autobuses de tránsito rápido (BRT) por los que han apostado ciudades medias latinoamericanas hasta el coche eléctrico como «la solución menos mala». Expertos en movilidad y colectivos ciudadanos aportaron ayer sus propuestas para el transporte sostenible en Sevilla, dentro de la I Jornada movilidad, ciudad, sociedad organizada con motivo del V aniversario del Metro. Si en algo coincidieron es en que el suburbano, por si solo, no es la panacea, especialmente mientras no se complete una red que realmente solucione las necesidades de la población ni se conecte con otros medios de transporte como el tranvía, el cercanías o la bici. En Sevilla, solo el 30% de la población utiliza el transporte público, por debajo de las cifras de Madrid o Barcelona, donde su uso llega al 50%, un porcentaje que en el caso del área metropolitana se reduce hasta el 10%. Es ésta la que aporta mayor cantidad de tráfico a la ciudad y donde casi la única alternativa de transporte público, salvo para un puñado de barrios de apenas tres municipios, es la red de autobuses, es decir, por carretera. Manuel Calvo, consultor especializado en Movilidad Sostenible, puso un escalofriante dato sobre la mesa:en 2007 un estudio cifró en 17 millones de kilómetros los trayectos diarios que se recorren en coche a diario en el área metropolitana, el equivalente a «44 viajes a la luna al día». «La reflexión es clara:a medio plazo no vamos a poder soportarlo, no va a haber energía suficiente y barata. Hay que replantear la política urbanística y de transporte». La coordinadora local de Ecologistas en Acción, Laura Soler, puso también el énfasis en que tampoco el planeta podrá soportar los actuales niveles de «contaminación», siendo el tráfico el principal causante de éste, y en que el cambio climático es una realidad. Su mensaje fue claro:«Es fundamental quitar espacio al coche y dárselo al transporte público porque si la gente pudiera iría en coche a la quinta planta de El Corte Inglés». Por ello rechazó la creación de más aparcamientos en torno al Centro y el proyecto del nuevo puente en Torneo que es «uno de los puntos con más contaminación». La limitación de los aparcamientos dentro de la ciudad como medida disuasoria fue una reivindicación repetida, al igual que el aplauso a la red de carril bici como la principal transformación experimentada en materia de movilidad en Sevilla en los últimos años. El vicepresidente de A Contramano, Ricardo Marqués, puso sobre la mesa un dato revelador:entre 2006 y 2011 se pasó de 13.062 viajes diarios en Sevici a 72.565. Marques abogó por extender el modelo al área metropolitana y promover las adaptaciones de las estaciones de Metro y Cercanías con espacios para dejar las bicis como ocurre en países como Holanda. Con ello, el área de captación de pasajeros de una estación pasaría de las personas que viven a los 300 metros alrededor de ésta hasta los 3 kilómetros. Es decir, más potenciales usuarios de transporte público y menos para el coche. Tanto el presidente del colectivo Sevillasemueve, José María Bascarán, como el profesor de la Hispalense José Ignacio Castillo y el consultor Manuel Calvo, coincidieron en dejar claro que pese a las bondades de contar con una red de Metro realmente útil para los sevillanos –algo que la actual línea única no cubre–, solo el suburbano no es la panacea ni la apuesta principal en otros países europeos y latinoamericanos. Bascarán señaló que además de completar las otras tres líneas pendientes y para las que no hay plazo, sería necesaria la conexión con el tranvía, con el cercanías (fundamentalmente con la ampliación del C2 hasta Blas Infante y la llegada a Santa Justa) y «un abono de transporte global» para que el coste suponga también una ventaja competitiva respecto al coche. Por su parte, Calvo aludió al ejemplo de Latinoamerica con los autobuses de tránsito rápido y Castillo señaló que «aunque es verdad que hay una presión social por más infraestructuras, cuando se abre el debate y se explican los costes», por ejemplo, para completar la red del Metro, surgen dudas. A su juicio, para plantearse grandes proyectos de este tipo hay que estudiar muy bien la demanda existente, al tiempo que abogó por una «gestión inteligente» de recursos ya existentes como la red de autobuses de Tussam, que pase por ejemplo, por medidas como aumentar su velocidad comercial o «algo tan simple como hacer coincidir las paradas de regulación con los relevos de conductor». En el público también surgieron propuestas como el coche eléctrico y la bicicleta eléctrica, y ponentes y asistentes pusieron en evidencia contradicciones entre algunas políticas, como la apuesta por la movilidad sostenible mientras se exige aparcamiento a cualquier proyecto de centro comercial o la apertura de un túnel en Bueno Monreal que compite con el trayecto del Metro.

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