Sanja Plohl, ganadora del Festival de la Guitarra del pasado año.
Hace unas semanas, la directora artística del Festival Internacional Joaquín Turina, Benedicte Palko, confesaba a este periódico que esta de 2013 podía ser la última edición del certamen. ¿La razón? La práctica ausencia de subvención pública y la escasa tradición que la empresa privada sevillana y, por extensión, española tiene a la hora de dar brillo a su imagen patrocinando eventos culturales. Con mucho esfuerzo, la ciudad volverá a contar con dos de sus festivales clásicos más jóvenes y singulares. De un lado, el citado Turina que celebrará su novena edición del 9 al 15 de septiembre, y de otro, ya en otoño, el IV Festival de la Guitarra del 15 al 19 de octubre. En ambos casos ninguno de los dos habría podido ver la luz de no ser por los apoyos empresariales que han recibido.
Porque lo que es la tónica general en Europa y aún más en Norteamerica, en España comienza a despegar tímidamente._No hay una cultura de mecenazgo, reconoce Palko. Tampoco hay una Ley de Mecenazgo, uno de los proyectos más persistentemente pospuesto por el actual Gobierno del PP, también la ley que con más esperanza aguarda el universo de la cultura en sus más múltiples manifestaciones. Con ella, las empresas que inviertan en cultura obtendrán importantes incentivos fiscales que le harán más atractiva la idea de aportar dinero a eventos de este tipo.
El cuarto Festival de la Guitarra, con más apoyo que el Turina, cuenta con el ICAS del Ayuntamiento de Sevilla y la Fundación Cajasol como principales valedores junto con la Universidad Hispalense. Luego, colaboradores como el fotógrafo Luis Castilla, la tienda Sevilla Musical o los Institutos Cervantes de Atenas y Estambul se han implicado puntualmente en sacar adelante un evento que, a diferencia de su hermano mayor cordobés, está centrado en la música clásica para este instrumento, con especial atención a la creación actual de denominación de origen español.
De este modo, dos compositores y premios nacionales de música, César Camarero y Luis de Pablo, presentarán obras en la próxima edición. El segundo de ellos además ofrecerá al encuentro un estreno absoluto. Al margen de los conciertos tendrán lugar masterclasses y conferencias. Hasta él se desplazarán guitarristas como Joaquin Clerch (Cuba), Alejandro Córdoba (México) y Adam Levin (USA), entre muchos otros intérpretes.
Por su parte, el Festival Turina está peleando al detalle por cumplir con cada punto de su agenda. Así, estos días ha solicitado la colaboración de alguna empresa o institución que le ayude para la contratación del luthier internacional Christian Bayon, profesional que garantizará el correcto funcionamiento de los valiosos instrumentos de los músicos invitados. Con una presencia apenas testimonial del Consistorio y la aportación, por parte de Cajasol, de su Fundación como sede del encuentro, el resto contrataciones, conciertos, viajes, seguros, concurso corren por cargo del Festival, iniciativa de la pianista noruega, afincada en Sevilla, Benedicte Palko, que cuenta con el apoyo de los herededos del músico sevillano que da nombre a esta cita, única oportunidad de escuchar en la ciudad música de cámara en manos de solistas nacionales e internacionales.
Grupo Terry, Citroen, Hyundai, Grupo Azvi, Alfombras Baldomeros, Círculo de Labradores y hasta el Consejo de Cofradías de Sevilla son algunas de las empresas e instituciones que el Festival Turina ha conseguido implicar mediante micromecenazgo creando una cada vez más amplia trama de patrocinios que aseguran, como mínimo, la viabilidad de la edición venidera. El certamen contará este año con solistas como Priya Mitchel, Tanja Becker-Bender, Peter Nagy y Thorleif Thedeen, entre otros, que participarán activamente en el encuentro.
