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El milagro de lo nunca visto

El cineasta español Rodrigo Cortés, hasta ahora poco conocido, pega el pelotazo con ‘Buried', una cinta que causa expectación y de la que se distribuirán 8.000 copias en todo el mundo, récord en el cine patrio.

el 30 sep 2010 / 15:36 h.

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Tras 115 años de historia del cine, Rodrigo Cortés crea el milagro de ofrecer algo nunca visto al aceptar el reto de rodar toda una película dentro de un ataúd. El resultado es Buried (Enterrado), la película española más esperada del año y con único protagonista, el estadounidense Ryan Reynolds.

"El guión llevaba un año dando vueltas por Hollywood pero nadie quería producirlo. Todo el mundo consideraba que era estupendo, pero era básicamente imposible de rodar", reconoce Cortés.

Escrito por Chris Sparling, el guión se lo "pasaron casi como una consulta" para saber su opinión. "Nadie tenía la intención concreta de producirlo y en cuanto supe de su premisa desarrollé un entusiasmo absolutamente adolescente y les pedí que me lo enviaran en el acto", comenta.

Ésta es la explicación de cómo un director español cuya única película, Concursante, había pasado relativamente desapercibida, acabó dando el salto mortal hasta la que es la película española con mayor distribución internacional (8.000 copias en todo el mundo) jamás estrenada.

"El resumen es que nadie sabe nada", reconoce Cortés, encantado con un fenómeno bola de nieve que comenzó en el Festival de Sundance, donde el boca a boca provocó colas de seis horas para ver Buried e incluso la reventa.

"Yo percibí la historia como algo grande", asegura este hombre que ya es comparado con Amenábar, Spielberg o Hitchcock, aunque de quien se declara admirador es de Scorsese.

Pero además de la pirueta técnica que requirió rodar en 17 días en Barcelona una película de planificación complicadísima (Cortés habla de "coreografía"), casi en total oscuridad ("el making of se ha rodado con infrarrojos", explica) y con un actor de renombre como Ryan Reynolds, había que nutrir ese esqueleto con mucha carne emocional.

"La película es ante todo un viaje -explica Cortés-; tenemos en un personaje del que no sabemos nada, abandonado en un agujero negro y, al final de la película, hora y media después, habremos llevado todo un universo a esa caja", añade. "Cuando se tienen premisas pequeñas, la capacidad metafórica es enorme", asegura. Y añade: "Todo el catálogo posible de emociones humanas desde el pánico a la esperanza, desde el miedo primario a la alegría, a la frustración a la ira, a la aceptación".

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