El milagroso parto de la mula

La finca ‘El Cancelín' acoge la primera mula que da a luz en España.

el 26 mar 2011 / 19:24 h.

María, la esposa de Miraime, y su sobrino, con la mula Bandera y la cría.

Hay un refrán árabe que dice que cuando la mula pare, el fin del mundo llega. Bandera, que así se llama este equino genéticamente estéril, ha demostrado que hasta los refranes se equivocan. En un corralón de Los Palacios y Villafranca defiende a su cría, desde el pasado 23 de marzo que dio a luz, de cámaras y curiosos que se acercan para ver el milagro, a Milagros, que es como se llama la mulita recién nacida.

Todo empezó hace 11 meses y dos semanas, que es el tiempo de gestación que ha necesitado Bandera para parir a Milagros, la mulita que busca el cobijo de la única madre a la que conoce, la que la ha parido. Su madre genética es España, una yegua que fue montada por un burro, como suele ocurrir para que vengan mulos al mundo. También está la posibilidad de que sea un caballo. En ese caso lo que nace es un budégano, aunque el diccionario no haga distinciones y considere que tanto monta monta tanto.

La historia de Milagros fue posible por "la generosidad" de Antonio Miraime, un palaciego dedicado en cuerpo y alma a las bestias que accedió a que Mauricio Ospina, un veterinario colombiano, demostrase con hechos, es decir, con embriones, que una mula podía parir aunque genéticamente le negaran la maternidad. "Parece mentira", afirman asombrados el dueño, su esposa María y los vecinos y reporteros que visitan la finca El Cancelín.

Ospina trabaja habitualmente en Los Palacios, con cuadrúpedos del hermano de Antonio, y otros animales de campeonato a los que es costumbre sacarles el embrión para transferírselo a otra hembra que pase el embarazo y dé a luz, para liberar a las yeguas dedicadas al deporte. Un día el veterinario retó a Antonio con la mejor mula que tenía: "¿Tú quieres ver cómo pare tu mula?". "Tú estás loco", le soltó el dueño, que está como Mateo con su guitarra con la mula. "Me llegaron a ofrecer 24.000 euros por ella", dijo a modo de justificación. Pero accedió, y al segundo intento la mula quedó encinta. "Antonio ha sido muy valiente", dice ahora Ospina, porque "otro se hubiera negado". Y saca conclusiones: "Así demostramos que animales valiosos genética y morfológicamente pueden tener 12 crías al año, una por mes". Sólo harían falta 12 madres de alquiler.

Antonio Miraime y su familia, que sufren los estragos de la crisis, han visto en Milagros el filón milagroso para sacar tajada. Tienen vídeos de todos los momentos claves de la asombrosa película: la fecundación, el embrión y su transferencia, los primeros momentos y, como no, el parto. Pero nadie los ha visto. Y las televisiones andan regateando con él para tener la cinta. "Por menos de 6.000 euros no hablo", le dice a un reportero de una cadena privada que se excusa diciendo que "no es costumbre pagar por cada noticia". "Ya me ha ofrecido alguna televisión dinero, pero no me da ni para pagar gastos", aclara, resistente. En rigor, los gastos fueron muchos: 3.000 euros el embrión, mil euros más en medicamentos y otro pico en ecografías y cuidados especiales. Que la mula no ha salido de balde.

El experimento de Milagros ha sido positivo, ha precisado el veterinario, que sólo conoce un caso similar en Colombia hace 14 años. En realidad hay más casos, (Marruecos, Nebraska, China), pero todos excepcionales. La mula, fruto de la unión entre un burro y una yegua, es por definición estéril, aunque tiene todos los órganos funcionales: ovula, tiene celo y amamanta, aunque no pare por fallo genético.

La tradición cristiana, o más bien la superstición, enseñó que las mulas no parían por el castigo heredado de la que estaba en el pesebre de Belén, que se negó, a diferencia del buey, a calentar con su aliento al Niño Dios. Bandera debe ser una mula santa. Hasta su madre, Águila, la abuela de Milagros, va a parir en unos días, a sus 20 años, que para una mula ya es decir.

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