La Virgen del Águila es la primera devoción de los alcalareños y está considerada como uno de los signos de identidad de la ciudad. Pero lo que muchos ciudadanos no saben es que la patrona de la ciudad que hoy conocen no es la original y que a lo largo de su historia tuvo tres rostros diferentes.
La tradición cuenta que, con la invasión de los musulmanes, los cristianos ocultaron la primitiva imagen en una de las torres del castillo de Alcalá de Guadaíra, donde la descubrió un águila, tras la reconquista. Según los datos que conserva la corporación de la Virgen del Águila, esta primera pieza debió de ser una imagen gótica y sedente, con un niño en brazos, con un estilo similar al de la Virgen de los Reyes de Sevilla o la Virgen de Valme de Dos Hermanas. Por desgracia, con la llegada de la Guerra Civil en 1936, la iglesia fue asaltada e incendiada, y la primitiva imagen quedó calcinada por completo y sin posibilidad alguna de recuperarla en su estado original.
resurrección. Sin embargo, la fuerte devoción popular que había ya por esta imagen hizo que muchos feligreses se plantearan realizar una nueva. El imaginero Pineda Calderón pintó una reproducción de la talla sobre un panel de madera contrachapada. La imagen supuso también un importante testigo documental a la hora de elaborar la pieza que hoy en día se conoce. De hecho, la corporación conserva todavía esta pintura, que cada año se coloca presidiendo las tradicionales galas infantiles dedicadas a la Virgen del Águila, que se realizan cada mes de mayo.
Unos años más tarde los devotos se plantearon la necesidad de hacer una imagen lo más parecida posible a la original, con lo que facilitaron nueva documentación y fotografías al escultor Antonio Illanes Rodríguez, para que tallase una siguiendo la traza de la anterior.
El escultor respetó el hieratismo inicial del icono y reprodujo sus rasgos arcaizantes y medievales. La nueva Virgen del Águila fue bendecida en 1937 y desde esta fecha recibe culto continuado. Eso sí, en realidad la escultura no volvió al santuario del Águila hasta 1942, año en el que finalizó definitivamente el proceso de reconstrucción de una advocación venerada desde hace siglos en Alcalá de Guadaíra.
La Virgen del Águila, además de cambiar a lo largo de su trayectoria, tiene concedida la Medalla de Oro de la ciudad y otorgado el bastón de alcaldesa perpetua. Tiene también la calle principal de Alcalá de Guadaíra con su nombre, además de haberse erigido en su honor un monumento y de haber dado nombre a dos barrios (Nuestra Señora del Águila y Virgen del Águila). En Sevilla da nombre a una parroquia, a una calle en Los Remedios y a una sala de la Seguridad Social.