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Llegó el día. La campaña electoral estadounidense ha llegado a su fin a un ritmo frenético. Los candidatos a la presidencia, el demócrata, Barack Obama, y el republicano, John McCain, protagonizaron ayer un maratón de mítines en los estados indecisos. Foto: EFE.

el 15 sep 2009 / 17:48 h.

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Llegó el día. La campaña electoral estadounidense ha llegado a su fin a un ritmo frenético. Los candidatos a la presidencia, el demócrata, Barack Obama, y el republicano, John McCain, protagonizaron ayer un maratón de mítines en los estados indecisos.

McCain amaneció ayer en Florida y se embarcó en una odisea de 20 horas de campaña a través de siete estados del país que culminó ayer por la noche en Arizona, después de haber pasado por Pensilvania, Indiana, Tennessee, Nuevo México y Nevada. "Con este entusiasmo, esta intensidad, ganaremos Florida", dijo ayer el senador por Arizona ante varios cientos de seguidores en Tampa, con una voz somnolienta tras haber plegado velas el domingo bien pasada la madrugada.

Obama estrenó también la jornada en Florida, el estado que dio la victoria al actual inquilino de la Casa Blanca, George W. Bush, en 2000 y donde los dos candidatos están ahora empatados. "Tras ocho años de las políticas fallidas de George Bush y 21 meses de una campaña que nos ha llevado desde la costa rocosa de Maine a la soleada California, estamos a sólo un día del cambio en América", afirmó ayer en Jacksonville (Florida).

El senador por Illinois, que aspira a convertirse hoy en el primer presidente negro de EEUU, visitó también ayer Carolina del Norte y cerró su campaña con un mitin en Virginia.

La batalla final se libra en estados en los que Bush ganó en 2004, como Virginia, Florida, Carolina del Norte o Nuevo México y que están ahora en liza dada la impopularidad del actual Gobierno y la profunda crisis económica en el país. Las últimas encuestas confirman lo que a estas alturas es ya bien sabido: los demócratas parten como claros favoritos de cara a la cita con las urnas de hoy, cuando los estadounidenses elegirán a su próximo presidente, renovarán la Cámara de Representantes, un tercio del Senado y 11 puestos de gobernador.

Así, un sondeo conjunto del diario The Wall Street Journal y la cadena de televisión NBC publicado ayer da a Barack Obama ocho puntos de ventaja, el 51% frente al 43%.

Una brecha profunda

El margen se ha estrechado frente al 10% de la semana pasada pero aun así Neil Newhouse, el encuestador republicano que dirige la encuesta junto con el demócrata Peter Hart insiste que a McCain le va a resultar difícil cerrar la brecha. Pese al adverso escenario que trazan las encuestas, Rick Davis, jefe de la campaña de McCain, insistió a última hora del domingo que todavía existe una vía hacia la victoria. "Si podemos ganar Nevada, Colorado y Nuevo México, de repente tenemos un nuevo camino hacia la victoria", dijo Davis en referencia a tres estados del Oeste donde la batalla está muy reñida.

El estratega cree que un triunfo en ese triángulo del Oeste, donde al igual que en la mayoría de estados clave los márgenes se han reducido, podría permitir a McCain asegurar la cifra mágica de 270 votos electorales necesarios para ganar.

Para ganar la Casa Blanca son necesarios 270 de los 538 votos del Colegio Electoral, el órgano que finalmente decide la Presidencia y que otorga a cada Estado un número de votos en función de su tamaño y población. Según las últimas proyecciones de la CNN, Obama tiene 291 votos electorales, más que suficiente para ganar. El último sondeo conjunto del diario The Washington Post y la cadena de televisión señala que incluso si McCain gana en todos los estados que se consideran sólidos bastiones republicanos y en los que se inclinan por los republicanos necesitaría 23 votos adicionales para obtener la victoria.

Por lo demás, las campañas hacen hincapié en sus argumentos finales en los temas que han definido esta campaña presidencial, la más larga y cara de la historia, con un coste que se espera ronde los 2.400 millones de dólares.

Récord de participación

Por otra parte, estas elecciones alcanzarán un récord de participación. El 73,5% de los estadounidenses mayores de 18 años se ha registrado para votar, lo que supone la cifra más alta desde que en 1920 se permitió votar a las mujeres, según un informe de la American University. El informe, recogido ayer por la prensa estadounidense, calcula que 153,1 millones de estadounidenses están registrados para participar en los comicios que se celebran hoy.De este modo, la cifra de 73,5% de los electores supera la segunda marca más alta, establecida en 1964 con un 72,1%.

Según el estudio, el Partido Demócrata ha ganado unos 2,9 millones de nuevos votantes desde 2004, mientras que los seguidores de los republicanos han disminuido en 1,5 millones. El informe considera que el declive del partido republicano ha sido pequeño pero significante. Otro dato destacado indica que el 30% de los electores ya han votado, mediante el voto por correo o el voto anticipado disponible en muchos estados.

Incidencias

Esta alta participación significa también que se haya desbordado el número de electores que han depositado su voto de forma anticipada, para lo que se han formado largas colas en las urnas. Según datos preliminares, entre 23 y 27 millones de personas han votado de manera adelantada en una treintena de estados.

Sólo en Florida, uno de los estados clave en esta contienda, se calcula que más de cuatro millones de votos fueron emitidos en persona o por correo. En algunos sitios, la participación en los centros de votación fue tal que las autoridades informaron de esperas de hasta seis horas.

Pese al entusiasmo y la participación, persiste la preocupación de que hoy surjan problemas con las máquinas de votación. Seis años después de la mayor reforma en el sistema de votación del país -suscitada por el fiasco electoral en Florida en 2000-, los expertos vaticinan, sobre todo, una escasez de máquinas o de papeletas impresas en varios estados clave en la contienda.

De hecho, varios grupos cívicos han entablado demandas contra las autoridades estatales en Pensilvania y Virginia, argumentando que éstas no han realizado suficientes preparativos ante la posibilidad de una participación masiva en las urnas que pueda causar problemas.

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