Un carrusel virtual por las fiestas mayores de Sevilla, donde no faltará un mapping junto a una maqueta a escala de la ciudad, pantallas interactivas con retazos de la Semana Santa, la Feria, elCorpus o los toros, un restaurante al estilo de caseta para degustar la gastronomía local y hasta un auditorio que podría hacer las veces de tablao. Esa es la versión más folklórica del proyecto del Museo de las Tradiciones que el Consistorio dio a conocer en marzo. Pero, tras esa idea, que es la base por la que una empresa privada (Feria S.L.) se comprometió a invertir 5,5 millones de euros, está la parte más patrimonial. Y es que en el anteproyecto presentado por los responsables del proyecto figura la puesta en valor de la muralla almohade de la Torre de la Plata.
El anteproyecto comprende la construcción de una plaza exterior de mil metros cuadrados que formaría parte del tejido expositivo. Eso haría ganar, a la vista de los visitantes, el lienzo de muralla que tiene la Torre de la Plata. La actuación prevé mostrar 11,90 metros de altura de la muralla, que conformarían, junto al museo que se prevé construir, las paredes de un patio con capacidad de convertirse en un gran auditorio exterior, que acoja recreaciones de tradiciones como la Feria, la Semana Santa o elCorpus, además actividades como la gastronomía y el flamenco de la ciudad.
Los promotores, conscientes de la disparidad de opiniones que sobrevuelan en torno al Museo de las Tradiciones, defendieron que con ello buscan aportar una imagen de prestigio y poner en valor las fiestas mayores como hacen otras ciudades españolas. Así, citaron el Museo de las Peregrinaciones de Santiago de Compostela o el Museo de las Fallas de Valencia, ejemplos señeros de la importancia de la museografía en la consolidación de las tradiciones.
Así figura en el anteproyecto difundido por la Gerencia de Urbanismo, que está aún en su fase inicial, por lo que tiene que pasar por varios trámites, como las alegacio- nes presentadas y recibir el visto bueno de Patrimonio. Según consta en los papeles, el museo contará con siete salas más una octava destinada para eventos gastronómicos adaptado a la tradición como, por ejemplo, una caseta de Feria. El museo recibiría al visitante con una maqueta a escala de la ciudad suspendida en el aire, que se recorrerá a través de un pasillo habilitado donde debería estar el río Guadalquivir. A su lado, un nuevo mapping como el de Plaza Nueva o Isla Mágica sobre la maqueta recreará el paso de las cofradías o simulará el Real de la Feria. A ello se suma una interfaz en la que el visitante podrá navegar por varios hitos de la capital hispalense.
Las siguientes salas pondrán de relieve ese carácter virtual de la muestra. Vitrinas virtuales de pie y pared, una sala de los sentidos con proyecciones audiovisuales o un pasillo interactivo en el que el visitante es acompañado por una cofradía o un coche de caballos. Como colofón, estará el rincón gastronómico, sin olvidar el patio exterior, donde se podrán organizar exposiciones al aire libre, conciertos de flamenco o de música tradicional sevillana. Por último, no faltará la tienda de souvenirs, cafetería y un parking con capacidad para unos 70 vehículos.
La propuesta elevada por la empresa incluye también que la entrada podría costar cinco euros el mismo precio que, por ejemplo, el Museo de la Plaza de Toros. En ese sentido, se marcan como reto alcanzar el volumen de visitas del coso taurino. Tanto que, para que el proyecto sea económicamente viable, piensan que debería contar con el 85% del turismo que recibe ese museo. Así, sus previsiones son claras: abrir en 2015, cuando prevén recibir 183.000 personas e ir creciendo hasta alcanzar las 273.000 en el año 2021.
