Desde que empezarán a inmiscuirse en el mundo del teatro, hace ya seis años, la compañía En Azul Producciones ha demostrado que en Sevilla también se puede ver un musical en los teatros. La vie en rose, Soy un vals y Qué será, sus últimos montajes, confirman al grupo, pese a su juventud, como uno de los más prometedores de la escena teatral sevillana.
"Todos venimos de disciplinas relacionadas con la comunicación, por eso nuestro teatro tiene un tratamiento muy audiovisual, en el que la músico tiene un papel protagonista". El que habla es Ramón Perera, director de En Azul. Recientemente el grupo presentó su última función, Qué será, en la Escuela Politécnica de Sevilla con lleno absoluto y por primera vez con el aliento de la crítica. "Llevamos seis años en esto y hemos conseguido muchos reconocimientos, pero todavía nos faltaba captar la atención de los críticos y ya hemos dado un paso más", afirma.
Mientras ultiman los detalles para volver a representar su Qué será en la sala Chicarreros -estará en cartel los días 6 y 7 de marzo-, los componentes de En Azul preparan la celebración del quinto aniversario de su montaje más exitoso, La vie en rose: "Fue un punto de inflexión respecto a todo lo que habíamos hecho antes. Hicimos una gira por media España e incluso conseguimos muchos premios, fuimos los segundos en el Festival de Teatro Joven del Instituto Andaluz de la Juventud en 2005 en Córdoba".
En Azul apuesta por un teatro plagado de referencias a la cultura popular de los mas jóvenes en el que la iluminación, la música y el texto se acercan a la cultura cinematográfica y televisiva. El espectáculo que presentan ahora es fruto del trabajo anterior, con el que demostraron hasta dónde podían llegar: "Con Soy un vals conseguimos el premio al Mejor Montaje en el Festival Internacional de Teatro de Gerona. Así surgió Qué será, ya que la Diputación de Gerona nos ofreció producir nuestro siguiente montaje y estrenarlo en la siguiente edición", cuenta. "Creo que hacemos un teatro muy catalán, influido por autores de allí como Sergi Berbell o Xavier Albertí, de ahí la aceptación del público de Cataluña", afirma.
El género en sevilla.
Respecto a la situación de las propuestas musicales, Ramón Perera es contundente: "Hay pocas y cuesta mucho trabajo sacarlas adelante. Unas veces por el poco apoyo de las instituciones y otra por la falta de espacios escénicos en Sevilla. Por ejemplo, programar en la Sala Cero es muy complicado porque ya cuentan con compañías de mucha trayectoria. Tampoco las salas que hay presentan las características necesarias para representar un musical".
Sin embargo, Perera se muestra optimista ante el futuro: "El musical es muy comercial, atrae a más tipos de público. Sobre todo, muy joven. Ése es nuestro fuerte, llenamos las butacas de gente joven y, hombre, no habrá grandes musicales en Sevilla tipo Broadway, pero sí obras muy interesantes y arriesgadas. Hay vida más allá de Madrid", bromea el director del grupo. "Por ejemplo, la compañía Niños Perdidos, que con obras como Vagón de Cola está consiguiendo muchas cosas en la escena sevillana".
La etiqueta de teatro joven persigue a este grupo que ha superado el lustro sobre las tablas: "Comprendo que frente a otras compañías que llevan toda la vida, nosotros seamos los jóvenes y no me importa, al fin y al cabo se supone que lo joven es lo innovador y transgresor. De todas formas, me pregunto hasta cuándo nos calificarán como teatro joven", afirma.
Perera se queja de la falta de iniciativa privada en Andalucía a la hora de programar teatro: "Es difícil actuar y más si no eres de una compañía consolidada. En el mundo del teatro todo es un largo proceso y hay unas normas. Hasta que no te haces grande, no te apoyan las instituciones. El problema es que hay poca programación de iniciativa privada y si no entran en los circuitos de las salas, no actúas", asegura.
Pese a todo, Ramón Perera cree que es posible hacerse un hueco y poco a poco, En Azul Producciones lo está consiguiendo.