Con una inversión crediticia que duplicó a la captación de recursos, Caja Madrid cerró 2007 con un incremento del 14% en su volumen de negocio en Andalucía, hasta 11.065 millones de euros. Los clientes, un millón este año.
A río revuelto, ganancia de pescadores. El director de Caja Madrid para Andalucía, Antonio Soto, apeló al refrán para destacar ayer, durante la presentación del balance regional de su entidad, la situación actual de las finanzas, con una guerra por la captación de recursos. "Hay un gran componente de fuga [entre los clientes]", dijo. En cambio, el crédito se desacelera, la economía -y en especial el ladrillo- así lo impone.
En concreto, la entidad alcanzó el año pasado en la comunidad un volumen de negocio de 11.065 millones de euros, tras crecer respecto a 2006 un 14%. En un ejercicio en el que la caja abrió diez oficinas, de forma que su red está ya conformada por 150 sucursales, el incremento de la cartera crediticia (el volumen de préstamos concedidos) fue del 16,6%, con 8.018 millones, porcentaje que duplica el 8,34% marcado por la captación de recursos (o depósitos de clientes), que al cerrar diciembre se colocó en los 3.047 millones de euros.
Para 2008, y en un contexto de ralentización económica donde la batalla por los depósitos centra la principal estrategia de la banca, Caja Madrid pretende dar un vuelco a los parámetros que sustentan su actividad financiera en la comunidad, ya que prevé que el ritmo para los recursos sea del 22,2% frente al 7,5% de la inversión crediticia, para que, en conjunto, el negocio suba el 11,5%.
El hecho de que este último crecimiento sea menor al de 2007 y al de balances anteriores no quiere decir, en opinión de Soto, que la caja haya tocado techo en Andalucía, sino que, simplemente, "estamos acompañando al mercado", léase, que la actividad económica actual y el peso ya logrado por la propia caja en la comunidad impiden alcanzar los elevados porcentaje de pasados años.
Es más, agregó, el plan de aperturas se mantiene, y si fueron diez sucursales nuevas en 2007, serán 21 en 2008, hasta completar las 55 que se recogían en la expansión andaluza de la caja de ahorros hasta 2010. Al concluir diciembre pasado, la plantilla regional ascendía a 624 personas, tras haber incorporado 90.
Al analizar la evolución de una entidad financiera, sobre todo en los últimos tiempos y debido al frenazo del ladrillo, se mira con lupa la trayectoria del crédito hipotecario y de la tasa de morosidad. En el primer caso, indicó el directivo, la concesión de hipotecas registró en 2007 "un comportamiento muy favorable", al crecer un 11,3%, hasta 4.404 millones de euros -equivalentes al 55% de toda la cartera de créditos-. En cuanto al índice de mora -esto es, el porcentaje de préstamos que pasan a ser considerados de dudoso cobro- fue del 0,97%, y no preocupa. "Toco madera porque no tenemos ninguna incidencia", dijo Antonio Soto, quien argumentó que se está haciendo una labor previa para ofrecer a los clientes facilidades a la hora de afrontar las cuotas cuando se detectan dificultades de pago.
"Si no hacemos más hipotecas es porque no nos la piden". En efecto, el director de Caja Madrid para Andalucía comentó que las solicitudes han descendido a una tercera parte en tres años, y en cuanto a la financiación a los promotores inmobiliarios recordó que siempre se ha actuado de igual manera, con prudencia, mirando cada proyecto, y que los experimentos, los justos.
Se quedó a las puertas del millón de clientes en 2007, con 937.983, un listón que Soto espera superar en el ejercicio en curso, para el que es clave la captación de empresas -y de las nóminas- y autónomos. La división de grandes patrimonio, Altae, "estancó" su negocio, con 500 millones.
