Sólo un día de respiro. Tras el lunes negro, la jornada de ayer volvió a teñir de rojo los mercados. El rescate por parte del Gobierno de EEUU de la aseguradora AIG no convenció a las bolsas, nerviosas ante la posibilidad de que la crisis se cobre nuevas víctimas. El Íbex marcó mínimos anuales.
La caída de ayer de los mercados bursátiles pese al rescate sin precedentes de la aseguradora American International Group (AIG), demostró, una vez más, que el miedo es uno de los peores enemigos de las bolsas, por mucho que autoridades y reguladores traten de apaciguarlo.
Ni siquiera pudo con el miedo y la desconfianza de los inversores la inyección urgente de 85.000 millones de dólares comprometida por la Reserva Federal (Fed) con AIG, una de las mayores aseguradoras del mundo, para evitar su quiebra. Aunque el pasado martes se creía que una solución medianamente digna para el gigante asegurador AIG, -unida a la compra del núcleo duro de Lehman Brothers por Barclays y la presentación de resultados de Morgan Stanley y Goldman Sachs- podría tranquilizar a los inversores, éstos despertaron ayer igual de nerviosos y pendientes de quién será la próxima víctima de la crisis.
La Bolsa española bajó ayer el 2,29%, pese a que inició la sesión con ganancias, y concluyó la jornada en el mínimo anual de 10.661,40 puntos, afectada por los problemas del sector financiero y por la publicación de malos datos de coyuntura en EEUU. El Íbex 35 cayó a un nivel que no registraba desde finales de enero de 2006 y que le deja unas pérdidas acumuladas del 29,78% en lo que va de año. En sintonía, el resto de mercados en Europa, con el euro en 1,41 dólares, se sumó a las caídas. Milán bajó el 2,52%, Londres se dejó el 2,25%, París el 2,14%, y Fráncfort el 1,75%.
Y es que "los riesgos del sistema financiero y de la economía siguen siendo enormes y aumenta la presión a la baja de los precios de los activos y del valor del colateral", advirtió la firma de análisis Global Insight en una nota a sus clientes. Añadió que "el telón de fondo económico previo al estallido en el sistema financiero tiene problemas: la producción industrial podría bajar bruscamente en el tercer trimestre, se espera que el consumo se contraiga y la tasa de desempleo aumente con fuerza".
"Los grandes riesgos de recortes para la economía están claros para todo el que lo quiera ver", concluye la firma de análisis, en línea con lo que muchos inversores tienen en la cabeza.
Además, hay analistas que interpretan la "nacionalización" de AIG decidida en la pasada madrugada como muestra de la magnitud de la preocupación de Washington ante la posibilidad de que colapse un nuevo gigante del sector, y ya hay críticas a una medida que se califica de "welfare (asistencia social) corporativa".
Con esa operación, la Reserva Federal enturbió la calma que pareció transmitir horas antes al decidir mantener los tipos de interés en el 2%, y no dejarse llevar por el impulso de bajarlos y tratar de activar así la economía.
Su operación de rescate sorprendió a los mercados, especialmente después de su negativa a socorrer al agonizante Lehman Brothers, que se vio obligado a declararse el lunes en quiebra. "La Reserva y el Tesoro siguen reaccionando ante las situaciones, más que afrontarlas directamente, y ahora han creado incertidumbre sobre qué firmas tienen derecho a ser rescatadas y cuáles no", asegura hoy Merrill Lynch en un informe. En su opinión, "mientras eso no se aclare, las bolsas seguirán probando sus límites y esto no es una buena noticia para el mercado".
