Tyrone Ellis vive un momento dulce en Sevilla. Por fin. Le ha costado dos temporadas y casi un cuarto de la tercera. Renovó en verano cuando pocos apostaban por ello. La llegada de Joan Plaza tiene mucho que ver. Al técnico catalán, más allá de las estadísticas que acumulaba en el Cajasol , le gusta su compromiso, su profesionalidad e incluso, su carácter extrovertido. Es difícil no ver al jugador de Dallas sonriendo, y siempre arrima el hombro, en las buenas, y en las malas. Un ejemplo ha sido el último partido . Muchos jugadores, y más si se trata de americanos, se hubiesen quitado del cartel con un esguince tan feo como el que se produjo en el tobillo derecho en el Palau Blaugrana. Ellis jugó con dolor, soportable, pero con dolor, y fue básico para la victoria cajista, con sus puntos y su defensa.
Esa forma de entender su profesión, con un compromiso que va más allá de los contratos, le ha granjeado un cariño y una fama especial en Georgia, el país que le fichó en 2006 para que engrosar su equipo nacional en el intento de acceder al primer nivel europeo de selecciones. Ese pasaporte le permite, por ejemplo, jugar desde entonces en la Liga ACB . No es un caso nuevo, más bien todo lo contrario, pero su experiencia en ese país ha llamado la atención del prestigioso rotativo The New York Times , que en su artículo del pasado día 14 "Dallas Basketball Player is hero in Europe" repara en cómo Ellis se ha convertido en un héroe en ese antiguo país soviético tras clasificar a Georgia para un Eurobasket (Lituania 2011) por primera vez en su historia pero también por mantener su compromiso pese a que el país vivía una situación muy complicada por la guerra con Rusia. Ellis, al que reclutó Gordon Herbert, el entrenador que tuvo en Alemania (Frankfurt Skyliners), en 2006 cuando era seleccionador georgiano, cuenta cómo la noche del 7 de agosto de 2008, mientras observaban por la CNN en el hotel Vedzisi de Tbilisi noticias sobre el conflicto "empezamos a escuchar las bombas cerca de allí. Fue entonces cuando empecé a sentir pánico". Los jugadores georgianos se marcharon con sus familias (caso del ex cajista Nikoloz Tskitishvili) y los extranjeros fueron evacuados a una casa en las montañas "como si fueran refugiados", recuerda en el reportaje un miembro de la federación de baloncesto georgiana.
Pero Tyrone Ellis, al que Nathan Thornburgh, autor del reportaje en The New York Times, atribuye unos emolumentos en el Cajasol de 500.000 dólares después de impuestos gracias al pasaporte georgiano, no sólo jugó la serie de partidos ante Suecia, Irlanda, Luxemburgo, Eslovaquia y finalmente la eliminatoria ante Bielorrusia, sino que fue decisivo con sus 16 puntos de media, siendo el mejor triplista de la clasificatoria, que les lleva a jugar el Eurobasket de Lituania en 2011."Fue muy complicado estar positivos esos días por la guerra, pero el baloncesto ayudó", relata Ellis, jaleado por los 10.000 espectadores del Tbilisi Sports Palace al grito de ¡Ellisi, Ellisi!, incluido el presidente del país, Mikheil Saakashvili, y el seleccionador actual, Igor Kokoskov, técnico asistente de los Phoenix Suns de la NBA. "Ahora no juego por el pasaporte, juego porque quiero jugar. Esta es mi familia", apunta Ellis sobre la selección georgiana. Mientras recibía una sesión de fisioterapia en su maltrecho tobillo, el escolta cajista explicaba ayer las sensaciones que tenía tras su exhibición del pasado domingo. "Puedo jugar con dolor, pero si va más allá de eso, no". "Sé que tengo que cuidar mi carrera. En seis años sólo me quedé sin jugar cuando me rompí el quinto metatarsiano del pie; pero creo que ésta es mi obligación".
Igualmente, advirtió que este Cajasol es un equipo "con potencial". "Este año hay una mentalidad diferente, y es que vamos a los partidos sabiendo que podemos ganar. Después puede que ganemos o no, pero creemos en ello". Sobre el futuro dijoque "estoy muy contento en Sevilla y me encantaría retirarme aquí, sería perfecto; y el día de mañana poder comenzar una carrera como técnico en la ACB o en la NBA".