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El niño y la decisión que salvan

En el principio de todas las cosmogonías, de las historias que intentaron explicar los orígenes, hubo un niño que nacía para ser salvador y en todas ellas hubo antes de su nacimiento grandes conmociones. Aquel alumbramiento y las luchas que lo precedieron, inexplicables...

el 15 sep 2009 / 23:57 h.

En el principio de todas las cosmogonías, de las historias que intentaron explicar los orígenes, hubo un niño que nacía para ser salvador y en todas ellas hubo antes de su nacimiento grandes conmociones. Aquel alumbramiento y las luchas que lo precedieron, inexplicables en el laberinto de los caminos cerebrales, sólo encontraban la salida de las angostas veredas de los mitos; por eso fue preciso recurrir a atlantes, titanes, medusas? para explicar que debían existir unas columnas que sostuvieran la vida del mismo modo que las del Partenón sostenían el frontón donde Fidias representó el gran teatro del nacimiento del mundo.

Ayer supimos de forma terminante que habíamos asistido al nacimiento de un salvador, un niño que otorgaba la salvación a quien la necesitaba, ayer supimos que unos seres humanos, guiados por la Ciencia, habían producido el portento. No han repicado las campanas ni han sonado las trompetas entonando marchas triunfales, señal inequívoca de que la mente sigue encajonada en los desfiladeros del mito, de que le es muy difícil abrirse paso hasta la llanura de los grandes horizontes. De que, tal vez, el pan de cada día que imploramos no sea más que el de la anécdota.

Enfrascados en ella podemos olvidar que ese proceso de salvación tuvo un principio: la decisión del presidente de la Junta de Andalucía de traerse a Sevilla un equipo de científicos repudiado por quienes, con mentalidad frailuna del XVIII, rechazaban la ciencia prefiriendo no sólo quedarse anclados en la mitología sino sumergir de paso al mundo en ella. Ayer supimos que, además de las divinidades, el ser humano también puede producir milagros y que son explicables. Conviene que quede en el recuerdo y que el genio de futuros Fidias no tengan que recurrir a los mitos para esculpir el por qué de las cosas.

Antonio Zoido es escritor e historiador

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