Un entorno negro y poco prometedor. Así pintó ayer el Premio Nobel de Economía de 2008, Paul Krugman, el futuro de España, que condicionó, eso sí, al comportamiento de su entorno europeo. En su opinión, España necesita "una deflación relativa del 15%", ya que precios y los salarios "son insostenibles y no están alineados con la situación real del país".
En este sentido, el economista neoyorquino apuntó a que si la economía europea experimenta también un proceso de deflación, al que parece abocado España después de los últimos datos del IPC, "hay que reducir tanto los salarios como los precios, y eso es algo que no ha ocurrido nunca desde la Gran Depresión, además de ser algo muy difícil de llevar a cabo", por lo que la economía nacional "tendrá una tarea enormemente difícil y complicada".
Asimismo, advirtió de que el camino que ha de recorrer el país en los próximos años será "doloroso o extremadamente doloroso, dependiendo de lo que suceda en el resto de Europa". Precisó que si el resto del continente tiene un mejor comportamiento que España, con crecimientos de entre el 2% y el 3%, ésta "tardará de cinco a siete años en recuperarse".
Krugman hizo estas declaraciones durante la rueda de prensa previa a la conferencia que impartió ayer en la sede de la patronal andaluza CEA, en el marco de la celebración de las jornadas Respuestas ante la crisis, que el jueves inauguró el ex presidente Felipe González y que hoy clausurará otro ex mandatario español, José María Aznar. El encargado de presentar al Nobel fue el presidente de Unicaja, Braulio Medel.
Precisamente con González coincidió en la idea de la falta de coordinación en el seno de la UE, sobre todo en lo referido a la política fiscal, lo que le hace "tener problemas muy serios". A este respecto, añadió que en política monetaria "la Fed ha sido más agresiva que el BCE, porque en EEUU hay una unidad que no existe en la UE". Krugman precisó que le parece insuficiente e inadecuada la respuesta dada por su país ante la coyuntura mundial, pero denunció que la de la UE, "es sólo un tercio a la norteamericana". Y sentenció: "La UE es una potencia económica que no actúa como tal".
En cuanto a las dificultades que ha supuesto para la economía española la entrada en el euro, Krugman subrayó que el país, si no hubiera participado de ello, "posiblemente estaría ahora mejor, pero el euro es ya una cuestión irreversible". En este contexto, señaló que los países que mejor están afrontando la crisis internacional son los más independientes en cuestiones monetarias, "valga como ejemplo Canadá".
Por otro lado, defendió la necesidad de que se dé "un segundo New Deal, tanto en EEUU como en la UE" y abogó porque los agentes sociales y los empresarios lleguen a un acuerdo para afrontar la crisis, aunque todos tuvieran que realizar "un sacrificio, porque sería positivo".
Pocas expectativas tiene el Premio Nobel en la próxima reunión del G-20 el próximo 2 de abril en Londres. "Si sale algo importante de ella sería una sorpresa, ya que sólo se pueden esperar declaraciones ambiguas", enfatizó. "Es posible que necesitemos algo más que temor a Dios a ambos lados del Atlántico", sentenció respecto al encuentro.
