El director del parque del Alamillo, Adolfo Fernández Palomares, se queda este año sin vacaciones: el anuncio de que el proyecto de ampliación de este espacio sevillano ha obtenido luz verde, después de muchos años encallado, tiene entusiasmados a sus responsables. No tengo cifras exactas, y me consta que hay en España parques más grandes, pero no cabe duda de que con el nuevo Alamillo la ciudad de Sevilla se pondrá entre las ciudades españolas con más y mejores zonas verdes, junto a Madrid, Barcelona o Valencia. Las personas que nos visiten van a encontrarse nuevas zonas muy agradables, antiguos huertos de naranjos con una vegetación agrícola, ordenada, en contraste con la vegetación más silvestre, más natural, en la margen del río. Además, se verá la margen opuesta de_San Jerónimo. creemos que será un enriquecimiento notable para el conjunto, con la incorporación de mucha superficie nueva y de paisajes muy acogedores, agrega Fernández Palomares. Tal y como avanzaba ayer El Correo de Andalucía, la ampliación es de hecho una obra de acondicionamiento de 40 hectáreas que ya pertenecían al parque, pero no estaba habilitada para el tránsito ni el uso público. Por otra parte, el director del Alamillo señala que es muy difícil estimar si el número de visitas crecerá proporcionalmente a la superficie ampliada, aunque personalmente creo que no. Lo que sí estamos seguros es de que las visitas las van a cualificar. A lo mejor al principio viene más gente por curiosidad, pero de lo que se trata es de hacer las visitas más ricas, con nuevas zonas para el disfrute. Fernández Palomares estima que el Alamillo está consolidado en la oferta de parques de la ciudad, por lo demás muy bien repartida, y la incorporación de los restos de antiguas infraestructuras agrarias datadas entre los siglos XVIII y XIX, entre los que destacan dos norias de agua, un acueducto, varios tramos de acequias, una alberca, pozos y un antiguo edificio agrícola, no hará sino incrementar el indudable atractivo de esta vasta zona verde de la Cartuja. Por todo ello, el desarrollo de este proyecto se ha llevado a cabo teniendo en cuenta opiniones de todo tipo de usuarios del parque, desde la Asociación de Amigos del Parque a grupos ecologistas y otros colectivos. Es un proyecto muy a la medida de lo que necesita el Alamillo y la ciudad, concluye Adolfo Fernández Palomares. Después de que en 2010 se culminaran las dos primeras fases del proyecto, cuando incorporó el vivero y una zona de naranjales situada bajo el puente del Alamillo, llegaron tres años de espera antes de que se pudiera rematar la faena. En la Administración suele ocurrir que a veces se den retrasos considerables, pero en este caso los trabajos técnicos estaban muy claros, y se trataba de un proyecto posible. Ahora se han dado las circunstancias favorables de presupuesto y de voluntad. La consejería lo ha visto viable y se ha lanzado a terminarlo, pero otras veces no basta con la voluntad política, tienen que darse más circunstancias, señala el director del parque, Adolfo Fernández Palomares. Por decirlo gráficamente, el corredor no ha salido hasta que no ha sonado el disparo.