Los pregones de las mercancías, "buenas y baratas", fluyen ajenos al nuevo centro comercial que comenzará a construirse este verano en los terrenos destinados hasta ahora a aparcamiento. Es domingo y el mercadillo de Alcosa, el rey de los zocos por su extensión y diversidad de productos, llena de actividad el barrio. Bajo una gorra roja de Cruzcampo, una joven de rasgos agitanados se abre paso con una carretilla de ajos entre un río de gente que husmea y remueve, una y otra vez, los montones de ropa y calzado. En uno de los puestos, su patriarca, Pepe Navarro -como reza en el cartel de cartón- conocía ayer el proyecto de la gran superficie comercial que incluye un Alcampo y el primer Bricor de Andalucía, una tienda de bricolaje del grupo El Corte Inglés: "¿Y pa qué? Eso no interesa a nadie, y mucho menos al tejido comercial del barrio. Si lo hacen destruirán a los pequeños vendedores como nosotros".
No es el único que lo desaprueba. Los tenderos y comerciantes de Alcosa ven en este futuro complejo el fin de sus negocios: "Si ahora no llego a recaudar ni 200 euros al día, pese a la oferta del dos por uno, ¿cómo vamos a sobrevivir con un gigante comercial tan cerca?", señala Joaquina, responsable de un comercio textil, que aprovechó para reivindicar "ayudas a los pequeños y medianos locales y también a la venta del mercadillo, que cada domingo reactiva la economía de familias enteras, muchas de ellas de Alcosa".
Otros matizan su oposición y aseguran que aún se pueden salvar los muebles si cierran los festivos: "Es una buena idea, siempre y cuando no abra los domingos, día del mercadillo y de muchos locales de desavío", señala en un tono optimista Juan Moreno, responsable de un negocio de bisutería y complementos. Muy pocos son los que se declaran defensores: "Lo veo bien, que lo pongan y entonces valorarán nuestros precios", replican con ironía. El temor de los tenderos del mercadillo se magnifica: creen que el nuevo centro comercial, proyectado sobre el parking del mercadillo, obligará a reordenar el recinto, "o lo que es peor", a un cambio de enclave, lejos de la intersección de la avenida de Emilio Lemos con Taiwán, donde llegaron hace un par de años:"No somos marionetas". Pero donde unos ven "una amenaza", otros hallan una oportunidad para reactivar el barrio. Los vecinos, por su parte, insisten en que el nuevo centro comercial con mil empleos en dos años supondrá "un plus añadido para todos", respetando el tejido comercial de Alcosa.
